Blas Perozo Naveda
Señoras y señores!! Antes que nada pido excusas por pretender contar en pocas palabras la Dramática Trágica y Verdadera Historia del Poeta Francisco Godoy Medina, quien alguna vez escribió: “El sueño es la música que ilumina al espíritu con la mirada de Dios. El sueño es territorio, imagen, es decir, realidad y vacío, de él no hay escapatoria…” Acto seguido, desapareció para siempre, para siempre.
Un día llego el correo en el momento que salía para mi clase. Era el libro que me enviaba Gustavo Pereira: Costado indio. No lo leí. Al entrar a la clase le dije a Francisco: léelo tu primero y haces el lunes tu expose sobre él. Con sus grandes dientes idénticos a los de su madre, me dijo: “así será profe. Me voy a Coro…” … De vuelta hubo el accidente donde murió Mirna Zabala y Francisco. Dijo: “quiero vivir”. Lydda Franco Farías madre de Mirna, sobrevivió 4 años.
En su ponencia sobre Elías David Curiel, en Coro, escribió: “sueño de un Dios, incoherencia de un Dios, lo cíclico representa un tipo de orden, un orden cerrado… como el círculo musical de las siete notas que vuelven siempre sobre sí mismas cambiando sólo la tonalidad y duración, … Estas líneas tienen la música de una extraña oración, son de verdad un profundo lamento y una reflexión, producido por ese constante anhelo, convertido en dolor existencial.”
Vuestras mercedes perdonarán este escrito nocturno. Y mandarán al Demonio al Pato Donald, a Rico McPato y a Micky Mouse que es el guión que desarrolla Trump.
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