Izquierda

Por
Orlando Villalobos

El lenguaje arrastra una carga de prejuicios contra la izquierda. Se identifica a la derecha con lo positivo y la izquierda con su opuesto.
Tenemos en el latín “dexter” (diestra), la derecha, y “sinister” (siniestra) la izquierda. No es lo mismo que a uno le digan que es diestro a que le digan que es siniestro.
En el Credo se dice que Cristo “está sentado a la diestra de Dios Padre Todopoderoso”.
“Levantarse con el pie derecho”, por ejemplo es bueno, lo contrario no.
Derecha e izquierda se utilizan desde la Revolución Francesa, cuando los miembros de la nobleza y la jerarquía eclesiástica se sentaron a la derecha del rey, en los debates en el parlamento. Desde entonces se utiliza esa clasificación simple y dicotómica.
¿Una dicotomía? Sí, es la pretensión de dividir la realidad en polos opuestos, uno al que valoramos y otro al que descalificamos. Es una falacia, algo que no siendo válido se presenta o se dice porque se quiere engañar a otros. Puede asumirse como una metáfora, como una manera de describir lo que sucede.
Izquierda es, todavía, una palabra potente, que transmite una idea política clara. Algunos la desechan y dicen que pertenece al siglo XIX. En verdad, se puede seguir usando a sabiendas de los límites que conlleva y siempre que sepamos que andamos con el corazón a la izquierda y los pies sobre la tierra. (Orlando Villalobos)

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