Ramonet, un intelectual muy peligroso

A propósito del artículo La pandemia y el sistema mundo


(Primera parte)

Previo al asesinato de Gadafi, ocurrida por linchamiento el 20 de octubre de 2011, esto decía -en abril-, el director de Le Monde Diplomatique, en su edición española: "El silencio de los gobiernos progresistas latinoamericanos ante las revueltas árabes y el apoyo a Gadafi de algunos de sus líderes resulta sobrecogedor."


Seguidamente, el epígrafe para su artículo lo adornaba nada menos que con palabras del Libertador: “Todos los pueblos del mundo que han lidiado por la libertad han exterminado al fin a sus tiranos” Simón Bolívar. Los europeos no dan puntada sin dedal, y Ramonet estaba cuidando las espaldas de su futuro. Lo que iba a decir en su artículo no era poco: se trataba de expurgar una operación de la OTAN (o NATO, en sus siglas en inglés) en el norte de África, vital para los intereses de Occidente, y limpiarla además frente a los líderes y el pensamiento progresista de América Latina. Su palabra iba por delante de los mercenarios que irían a la caza del líder libio. La primera línea del nefando artículo lo dice todo: "Los insurgentes libios merecen la ayuda de todos los demócratas. El coronel Gadafi es indefendible." Lo escribí en su momento en un artículo que llamé A Contrapelo (3 de abril de 2011)1, donde hice seguimiento al artículo de Ramonet «Libia: Lo justo y lo injusto»2 en el que el intelectual de «izquierda» valida la jerga, la posición y los crímenes de la derecha mundial fascista.


Desde entonces siempre que lo veo y leo manejo la premisa de que entre sus operaciones intelectuales sobre todo en estos lares y en general en lengua castellana, está la de "traducir" y difundir con su potencia comunicacional las tesis de la OTAN.

O sea, Ramonet es un intelectual orgánico -porque el término de Gramsci no le encaja sólo a los intelectuales de izquierda- de la derecha europea y vela -cubre y encubre- sus intereses en la región. Por eso la cita de Bolívar en el precitado artículo no es casual ni cumplía mera función de ornato: era un vano ariete contra el muro de las sospechas.

Sin embargo, lo que dice es muy grave como lo es esto que escribe en su más reciente "La pandemia y el sistema-mundo", en el que vuelve a cumplir de manera expresa la función de propagar las ideas que convienen al establishment europeo. Y lo hace bien, haciendo pasar desapercibidos aspectos neurálgicos.

¿Recuerdan cuando George Bush en 2005 anunciaba la libertad a los "rincones más oscuros" del mundo? Pues una de las operaciones básicas para velar las operaciones de guerra es alejar y oscurecer el objetivo militar: en la segunda línea lo hace Ramonet: "Todo está yendo muy rápido. Ninguna pandemia fue nunca tan fulminante y de tal magnitud. Surgido hace apenas cien días en una lejana ciudad desconocida un virus ha recorrido ya todo el planeta". Se refiere a Wuhan con los calificativos que le endilga la ignorancia rasa de la opinión pública. Primera tesis que debe dejar ya asentada para que no se pierda de vista y gravite en toda la lectura del extenso artículo. Segunda tesis: la pandemia es un hecho social total. Tercera: el miedo: la tragedia no tiene precedentes y es enigmática. Lo confiesa él mismo: "Nadie sabe interpretar y clarificar este extraño momento de tanta opacidad, cuando nuestras sociedades siguen temblando sobre sus bases como frente a un cataclismo cósmico." Por cierto, cuando afirma cosas como que la actual pandemia es el "mayor trauma sufrido por la humanidad desde hace siglos", ¿qué busca? Sospecho que emplea ese bastardo recurso retórico propio del amarillismo para que en medio de la alarma acrecentada a niveles de pánico, la capacidad de razonar, comparar, sopesar, quede amortiguada, disminuida, convenientemente desactivada. Es el mismo procedimiento, por cierto, que se empleó para cubrir -velar, ocultar- la más gigante migración ocurrida en la historia de la humanidad: la venezolana (¡!)

3, así calificada por diarios y organismos de la Comunidad Internacional, articulados a los aparatos de propaganda norteamericana como la OEA o el Grupo de Lima.

Dispuestas las bases, le da paso a la manipulación del contexto: las protestas -dice- que se daban en el mundo, han desaparecido con la cuarentena. Sí y no. O al menos, por un rato. A pesar de la parálisis mundial, los conflictos no cesaron, en todo caso, cambiaron de estrategia, de intensidad, variaron, se acomodaron a las circunstancias, y en muchos casos, como se verá más adelante en los EEUU, tras el asesinato de Floyd y la guerra civil de Portland, con una intensidad pocas veces vista. Y no por cierto, "festivas" como las califica el periodista franco-español. Tampoco cesaron por cierto, como afirma más adelante, los conflictos militares, al contrario la agenda guerrerista siguió su curso aprovechando la ya complicada situación de la cuarentena, como ha sucedido con los cobardes bombardeos sobre la franja de Gaza o el genocidio sistemático paramilitar contra el pueblo colombiano.

Pero donde pone la guinda es en este párrafo: "Estamos padeciendo en nuestra propia existencia el famoso ‘efecto mariposa’: alguien, al otro lado del mundo, se come un extraño animal y tres meses después, media humanidad se encuentra en cuarentena...". El cinismo y la irresponsabilidad de esta afirmación es casi escalofriante. Apenas líneas atrás había hablado de una situación inexplicable y que nadie la sabría interpretar y clarificar, pero al influyente periodista, asesor visible de altos personeros políticos, apenas le tiembla el pulso para darle crédito a la especie más burda y brutal que se ha viralizado en torno al origen de la epidemia: la del hombre que debió comerse un murciélago en un oscuro lugar del mundo. Víctima al parecer el experimentado periodista, de lo que en su artículo denuncia: "una auténtica epidemia de fake news y de posverdades. La OMS ha definido este fenómeno como infodemia, pandemia de info-falsedades. El miedo a la covid-19 así como el deseo de sobreinformarse y el ansia de entender todo lo relacionado con la plaga han creado las condiciones para una tormenta perfecta de noticias tóxicas." Líneas más adelante, podemos ayudarlo a mirarse en un espejo: "Muchas de ellas están elaboradas con impresionante profesionalismo"...

Valga citar en extenso un estudio al respecto4:

"A pesar de la importancia de los murciélagos en la biología evolutiva de los coronavirus, en el caso del nuevo coronavirus no parece que se haya producido el paso directo desde este animal al ser humano7. Las principales razones que apoyan este hecho son que: (a) el brote se inició a finales de diciembre de 2019, período en el cual la mayoría de especies de murciélagos de la región de Wuhan están hibernando; (b) según los epidemiólogos chinos en el mercado de Huanan (Wuhan) no se encontraron ni se vendían murciélagos, ya que era de pescado y mariscos, aunque sí se encontraron otros mamíferos convencionales; (c) la identidad de la secuencia genética del SARS-CoV-2 y su homóloga bat-SL-CoVZC45 es inferior al 90%, lo cual indica que forma una rama filogenética distinta del humano, por lo que este virus del murciélago y su semejante (bat-SL-CoVZC21) no se pueden considerar como los ancestros directos del humano; y (d) en los coronavirus previos causantes de epidemias humanas siempre se pudo encontrar un huésped intermedio, por lo tanto en este caso también debe de existir 13,18."

Par de páginas después desestima las "teorías del complot" -"que han circulado mucho por las redes sociales", precisamente como la del murciélago- no dudando sino como quien se afirma en "Estudios científicos solventes" y según "amplio acuerdo entre los investigadores internacionales", que el virus -enigmático y del que nadie sabe nada- no es un arma biológica y que saltó de un animal a un humano. Es decir, cuando se trata de tomar partido, elige la versión que le conviene a Occidente, la que le da un origen acuñado a la campaña contra China apelando al fatigado prejuicio de que los chinos comen cualquier cosa.

Por cierto, visitando alguna bibliografía sobre la llamada "gripe española" se encuentran curiosas semejanzas, como por ejemplo, que no nació en España, sino que existe un consenso científico de que los primeros casos registrados de la "Catalogada como la mayor catástrofe sanitaria de la historia por los 50-100 millones de muertos (...) fueron en el estado de Kansas en el primer trimestre de 1918, sobre todo en el cuartel militar de Fort Riley (4 de marzo) donde se identificó el caso 0 (el cocinero Gilbert Mitchell) y en el condado de Haskell como epicentro inicial (abril)"5. Por cierto, se le llamó española porque España fue el primer país en informar que existía la enfermedad, como pasó en el caso Wuhan. China. Otro paralelismo suena interesante, el de que fuera ingresado por soldados norteamericanos que participaron en los Juegos Militares Mundiales en la ciudad de Wuhan en octubre de 2019. Algo más da qué pensar: la Gripe de 1918, que acontece en el marco de la Primera Guerra Mundial concentró víctimas en personas jóvenes, vale decir, la población propensa a alistarse en el conflicto bélico; mientras que la COVID-19 afecta fundamentalmente a las personas mayores, precisamente aquellas que están en la mira de los seguros y las pensiones...

Revisando bibliografía sobre la mal llamada "gripe española" cien años después, hay estudios que despejan mitos, que en aquel entonces funcionaron y alarmaron como el del reciente murciélago. Tales investigaciones "Sorprendentemente, no encontraron ninguna evidencia de cualquiera de las hipótesis vigentes para el origen del virus de 1918: que saltó directamente de las aves o que implicó el intercambio de genes entre cepas humanas y de la gripe porcina existentes. En su lugar, dedujeron que el virus de la pandemia surgió poco antes de 1918 por la adquisición de material genético de un virus de la gripe aviar por el virus H1 que ya estaba circulando entre los humanos, uno que probablemente había entrado en la población humana entre diez y 15 años antes de 1918." De modo que Ramonet habla de algo enigmático, pero le da crédito a la hipótesis más vulgar y con su palabra y firma, sentencia que se trata de avances científicos de última hora que confirman lo que él dice que siempre ocurre, pero que en el caso de la gripe española resultó que no, que era un mito.

Muchas cosas se sabían además con bastante anticipación:

"La historia nos dice que se avecina otra pandemia –opina Kirsty Duncan, investigadora especializada en la gripe española y autora de Hunting the 1918 Flu: One Scientist's Search for a Killer Virus–. En muchos sentidos ahora somos incluso más vulnerables que en 1918. Viajamos y recorremos el mundo, además podemos ir de un continente a otro en cuestión de horas. Alguien que no sepa que tiene la enfermedad puede llevarla de un país a otro, y transmitirla a otros viajeros aun antes de tener signos de ella".

¿Podrá el mundo hacer frente a otra pandemia de gripe? "Sí, claro que podremos", dice Robert Webster, profesor adjunto en el St. Jude Children’s Research Hospital y experto en gripe. Cita los trabajos pioneros de Taubenberger para la creación de nuevas técnicas destinadas a analizar los cambios genéticos en los virus de la gripe. Los resultados de las investigaciones de Taubenberger sugieren que "si algo similar a la gripe española regresara hoy, los medicamentos actuales - Tamiflu, Flumadine, Symmetrel y Relenza- serían todos eficaces", afirma Webster. Y agrega: "Con la tecnología actual sumada a los resultados de Taubenberger, las empresas farmacéuticas podrían tener lista una vacuna con mucha rapidez".

Pero, ¿qué pasaría si surge un virus nuevo, distinto de los de la gripe, como el que causa el SRAS? "La cuarentena y la higiene permitieron que se controlara la epidemia de SRAS –agrega Webster–. No habría sido posible hacerlo con la gripe. Viajaría demasiado rápido como para controlarla solamente con cuarentena e higiene".

¿Qué tenemos en esta cita? 1. El anunció de una nueva pandemia. 2. El aumento de nuestra vulnerabilidad por la interconexión de los pacientes asintomáticos. 3. Que ciertamente la ciencia actual avizora una vacuna en tiempo récord. 4. Que la cuarentena y la higiene no controlan la pandemia.

Pero he aquí lo más interesante del artículo: es de 20036. Y así, como este, muchos. De modo que el argumento de la sorpresa no calza, máxime cuando se estudian y anticipan escenarios mucho más complejos. Coincidimos entonces con Ramonet, que se trató de una epidemia muy anunciada. Pero, dada la población que sería víctima, no parece que haya sido mucho el interés por evitar el colapso sanitario y la conmoción social.

Y como todo pensador liberal, supone que es el miedo lo que hace que los ciudadanos miren aterrados al Estado Protector7. Desviando la atención sobre un hecho incontrastable: que los países que más rápidamente siguieron los protocolos de la OMS (a tientas, algunos, pero con decisión en medio de la incertidumbre, porque evidentemente lo peor hubiera sido esperar a ver qué ocurría) pudieron afrontar de manera más positiva los rigores de la mortal sorpresa. Ejemplo: Venezuela. Algo que ya saltaba a la vista dilató en decir Ramonet: que los estados entregados a la privatización sin cortapisas de la salud colapsaron más rápidamente y la población más vulnerable, los ancianos y pobres, llevaron la peor parte. De modo que no eran estrictamente los Gobiernos los que asistían "impotentes a la irrefrenable diseminación", sino aquellos que habían sido preparados por el neoliberalismo para el desastre. Anthony Fauci, "el especialista, que integra el grupo de élite para contener la pandemia liderado por el vicepresidente Vice Pence y participa de todas las conferencias de prensa del equipo junto a Trump, explicó que las estimaciones sobre la letalidad del coronavirus en los EEUU plantea distintos escenarios, éste sería el más grave. “Viendo lo que tenemos ahora, yo diría entre 100.000 y 200.000 casos, pero no quiero atenerme a ese estimado. Perdón, me refería a muertes”8. La corrección es mal intencionada: porque en verdad no están pensando en dolorosas muertes sino en los estimados de una suerte de panglosiana limpieza social y étnica. Hoy se confirma lo que el neoliberalismo engendra: "En lo que es hoy el epicentro mundial de la pandemia, los analistas observan una "exacerbación de la disparidad de salud".

El propio Ramonet lo deja ver:

"El Gobierno estadounidense y las multinacionales farmacéuticas sabían, desde hace años, que existía una gran probabilidad de que se produjese una pandemia. Pero, como prepararse para ello no era bueno para los negocios, no se hizo nada.» Por su parte, el filósofo francés Edgar Morin constata: « Al fin y al cabo, el sacrificio de los más frágiles –ancianos, enfermos- es funcional a una lógica de la selección natural. Como ocurre en el mundo del mercado, el que no aguanta la competencia es destinado a perecer. Crear una sociedad auténticamente humana significa oponerse a toda costa a ese darwinismo social. »

También desarrolla aspectos más o menos convencionales dentro de la literatura y la opinión progresista sobre el papel de los médicos, médicas, enfermeros y enfermeras en la atención de la pandemia, y sobre la entrega y solidaridad de Cuba: "El mundo está descubriendo lo que los principales medios dominantes internacionales han tratado de ocultar hasta ahora, que Cuba es una superpotencia médica"

Otro elemento que aparece en el artículo de Ramonet es el de "normalidad", al que por cierto le lava la cara, diciendo exactamente lo contrario de lo que muchos hemos dicho, oído y leído. Fíjense: "Lo que parecía distópico y propio de dictaduras de ciencia ficción se ha vuelto ‘normal’. Se multa a la gente por salir de su casa a estirar las piernas, o por pasear su perro. Aceptamos que nuestro móvil nos vigile y nos denuncie a las autoridades. Y se está proponiendo que quien salga a la calle sin su teléfono sea sancionado y castigado con prisión." Ramonet invierte y acomoda para el discurso del miedo el asunto de la "normalidad": ahora lo "normal" -distópico- es la vigilancia, como si antes no existiera. El bucle es sutil, porque pretende dejar intacto el orden panóptico de vigilancia que ya existía impunemente celebrado pero que se ha revitalizado hasta el paroxismo con la pandemia, al cuestionar o calificar negativamente aunque de soslayo, la vigilancia y orden que los gobiernos responsables han asumido frente a los estragos del virus.

Distopía que luego reconsidera citando al filósofo Byung-Chul Han, quien elogia la «biopolítica digital» "implementada por el Gobierno surcoreano" y quien "afirmó que los países asiáticos estaban enfrentando esta pandemia mejor que Occidente porque se apoyaban en las nuevas tecnologías, el big data y los algoritmos." "La mejor manera de perseguir a un microorganismo tan indetectable -dice convertido súbitamente a la nueva distopía normalizada, Ignacio Ramonet- es usando un sistema computarizado, gracias a los dispositivos de los teléfonos móviles, que calcule cuánta gente estuvo cerca del infectado". Más adelante, insiste: "Este «modelo surcoreano », adoptado por estos países y también por Hong Kong y Taiwán, está basado en el uso masivo de datos y asociado a diversos sistemas de « videoprotección ». Hasta hace poco nos hubiera parecido distópico y futurista, pero ya está siendo imitado igualmente en Alemania, Reino Unido, Francia, España y otras democracias occidentales".

Por cierto, cita(n) como un logro extraordinario lo de Corea del Sur pero no menciona(n) a Corea del Norte en el que sólo se ha reportado un (1) caso sospechoso de coronavirus9. Y por cierto, nuevamente, en la aplicación que muestra un mundo on line para visualizar el avance de la Covid-19, Corea del Norte ¡no aparece!10

Dicho todo esto, avanza sobre un discurso "progre" cimentado sobre valores liberales. Critica la privatización o deja ver que en efecto, el dogma neoliberal está profundamente debilitado. "La impactante realidad, dice, es que las potencias más poderosas y las tecnologías más sofisticadas han resultado incapaces de frenar la expansión mundial de la covid-19". Lo cual es cierto, pero no por exactamente por la virulencia de la COVID-19, sino por el diseño social del neoliberalismo que deja indefensas a las personas. La crisis económica por la parálisis, trae insospechados beneficios: "El aire es más transparente, la vegetación más expansiva, la vida animal más libre. Ha retrocedido la contaminación atmosférica que cada año mata a millones de personas. De pronto, la naturaleza ha vuelto a lucir tan hermosa..."

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En próxima entrega, trataré otros aspectos contenidos en este artículo de Ramonet, con el fin de aportar elementos para una suerte de reposicionamiento o al menos ojeriza, a un intelectual que considero embutido en los tanques de guerra del imperialismo de la información.


Por su atención, gracias.


NOTAS
  1. 3 Por ejemplo, en un artículo publicado por la BBC, leemos: "Crisis de Venezuela: "El éxodo de los venezolanos es el mayor de Latinoamérica en los últimos 50 años", en https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-45291398: "Huyen de la peor crisis económica de la historia reciente del país, con la mayor inflación del mundo". Pero si esto lo leemos en un diario, también lo leemos en artículos "científicos": "La emigración venezolana del siglo XXI personifica un prodigio histórico, social, político y económico que resultará palpable en la historia venidera." En: https://www.redalyc.org/jatsRepo/4138/413859265004/html/index.html. O como decía El Nacional en 2018: "La migración venezolana es la más grande de la historia", en https://www.elnacional.com/mundo/latinoamerica/migracion-venezolana-mas-grande-historia_262553/

4 "El SARS-CoV-2, una nueva zoonosis pandémica que amenaza al mundo", en https://www.elsevier.es/es-revista-vacunas-72-articulo-el-sars-cov-2-una-nueva-zoonosis-S1576988720300042

6 La muerte púrpura (2003) En: https://www.paho.org/Spanish/DD/PIN/Numero18_article5.htm

7https://journals.openedition.org/polis/3893

9 "Las autoridades norcoreanos han trasladado que se trata de un individuo que cruzó "ilegalmente" la frontera a través de Corea del Sur el pasado 19 de julio", en: https://www.elconfidencial.com/mundo/2020-07-26/corea-norte-detecta-primer-caso-sospechoso-coronavirus_2696132/

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