PRODUCIR TERRITORIALMENTE EN UN MUNDO QUE HACE COMUNICACIÓN SIN TERRITORIO





PRODUCIR TERRITORIALMENTE
EN UN MUNDO QUE HACE COMUNICACIÓN SIN TERRITORIO


José Javier León
Universidad Bolivariana de Venezuela, República Bolivariana de Venezuela, joseleon1971@gmail.com

RESUMEN:
Una tendencia se impone a la comunicación, la pérdida del sentido de territorialidad. El auge de las TIC's se sostiene sobre ideas preestablecidas y cristalizadas de que la realidad es lo que ocurre en las pantallas. Un mundo lejano y ajeno, ilusoriamente próximo, nos pide creer que con esa realidad basta. La pandemia y la cuarentena refuerzan estas nociones e imponen que el problema es tener o no conexión, y que teniendo esta, lo demás es superable apenas con alfabetización tecnológica y una actitud de aprendizaje y apertura. En pocas palabras, el mundo cabe en el dispositivo que te conecta a la red y a las redes. Peligrosas nociones que nos distraen del hecho real y concreto, de que la materialidad de la vida (alimento, vestido, vivienda) debemos producirla en los territorios, comunitaria y colectivamente porque el capitalismo -está visto- no las produce para todos, ni existe para ello ni está entre sus propósitos y objetivos. De hecho, la producción que depende del trabajo que transforma y satisface necesidades está hoy virtual y materialmente amenazada por el teletrabajo y la tele-educación, actividades desubjetivadas, que llevan al individuo al aislamiento y lo obligan a vivir en una sociedad distópica en la que ya -como proclaman sus profetas, sociólogos del nuevo mundo postpandemia- vivirán sólo los sobrevivientes, los seres -unicelulares- interconectados. A la UBV le toca reflexionar sobre ello y generar condiciones para producir y reproducir la vida comunitaria y comunal, sobre los territorios.

Palabras clave: postpandemia, economía productiva, territorialidad

INTRODUCCIÓN
Las universidades forman parte -para decirlo en términos informáticos- del know how de la sociedad moderna. Siempre han estado del lado del poder y del status quo. Sólo accidentalmente han creado espacios para el pensamiento crítico y, cuando más "peligrosas" se tornan, han sido violentamente intervenidas y encauzadas.

La UBV es la primera universidad creada en revolución por el Comandante Chávez y nació con una idea que en el ámbito universitario clásico y dominante es contracorriente: construir conocimiento, ciencia y tecnología con y desde -y no sólo para- las comunidades. Como dice Alves (2017):

"...consideramos que la clave de la emancipación está en romper la lógica de las relaciones sociales jerárquicas de producción, de la división internacional del trabajo y de la división entre trabajo manual e intelectual que impone el capitalismo. En otras palabras, identificar cómo el capitalismo expropia el conocimiento de la clase trabajadora para impedir su proceso natural de crear, planificar y organizar. Empoderarse del conocimiento emancipador permitirá liberarse de las cadenas de la opresión capitalista."

La noción que teníamos de conocimiento las y los que iniciamos en los años 2003-2004 distaba con seguridad de los saberes del pueblo. Había una praxis, que venía en muchos y muchas, de la militancia política. Pero de ahí a enseñar para transformar, hay una distancia que hoy podemos decir está acortada, bien por los años de docencia y formación pedagógica, bien porque las contradicciones se han agudizado con el derrumbe del modelo rentista y la crisis inducida, el bloqueo y la asfixia económica.

Las circunstancias nos ha hecho volver sobre nuestras raíces y ver y entender que es en la tierra y con los hombres y las mujeres del campo, donde podemos fundar la patria soberana e independiente.

La UBV como universidad del pueblo y para el pueblo ha de ser comunera y aprender a producir en la tierra, de la mano de los saberes del pueblo con la ciencia y tecnología puesta al servicio de la reproducción de la vida.

La Comunidad Agroecológica UBV Cacique Mara es una síntesis histórica y una apuesta teórico-práctica en esta dirección.

"La visión de poder supone el dominio de la clase trabajadora sobre la propiedad de los medios de producción, el control del proceso de producción, distribución e intercambio, además del empoderamiento del saber y la comunicación que permitan la independencia y soberanía productiva."
Elizabeth Alvez, 2012

El virus muta y el capitalismo mata
Todas las teorías conspirativas encuentran donde beber de la fuente de esta pandemia provocada por el COVID-19.

No es insólito pensar que detrás hay un aparato de guerra en el que los laboratorios y las farmacéuticas, que desde hace rato gobiernan el mundo, prepararon y diseñaron un escenario pandémico que les hiciera el trabajo sucio que necesitan si es cierta la preocupación del informe del FMI de 2012:

"El envejecimiento de la población es un reto conocido. Y a eso dedica un extenso análisis el Fondo Monetario Internacional, en un adelanto de los documentos de su cumbre semestral. Lo que llama la atención es la agresividad y crudeza con la que pone de relieve el problema. El Fondo reclama, entre otras medidas, que se recorten las prestaciones y se retrase la edad de jubilación ante "el riesgo de que la gente viva más de lo esperado". Y también propone soluciones de mercado para mitigar ese "riesgo".1

Los terribles pronósticos se han cumplido y en los momentos en que realizamos esta Convención COMSOTIL 2020, las víctimas en EEUU superan los 100 mil y los infectados el millón de personas. Hemos visto con estupefacción el colapso de los sistemas de salud de los países "desarrollados" o del llamado "primer mundo". Se ha atribuido el desastre al sistema capitalista y los esperanzados e ilusos, suponen una caída del sistema. No ocurrirá, o no al menos por este calculado desastre.

El capitalismo necesita mutar y para ello debe reorganizar las formas de producción y reproducción de la sociedad, de cara a las nuevas tecnologías. Hay una recomposición del capital y de las siempre astronómicas ganancias del mundo financiero conectado a las tecnologías2. Las muertes, sobre todo de los ancianos y más pobres, de los más vulnerables, son los daños colaterales que supone una conflagración. Porque de una guerra se trata y mundial.

Así las cosas, con el manto de las tecnologías y el mundo interconectado, se intenta cubrir algunos hechos puntuales: el golpe de estado a Bolivia, potencia en litio elemento esencial en la carrera de las telecomunicaciones3, o el control sobre las riquezas minerales de África4. Las fuerzas militares del capital han buscado ejercer dominio sobre las fuentes materiales del mundo de la comunicación, las cuales generan terribles condiciones de vida en las regiones donde se explotan5.

Pero eso no se ve, a pesar de que a través de las pantallas, creemos verlo todo. Lo esencial es invisible a los ojos, nos dice la conocida frase de Saint-Exupéry.

Y lo esencial hoy es que la base material del mundo postpandemia se encuentra en disputa por fuerzas imperiales, militares y terroristas enfrentadas a estados emergentes que se plantan soberanos e interdependientes, bajo otras lógicas de relacionamiento y solidaridad.

Una nueva gobernanza
Asombra la unanimidad asumida por el planeta ante los dictados de la OMS, una organización al servicio de los laboratorios y las farmacéuticas6. Su poder global quedó de manifiesto más allá de las reacciones particulares de algunos gobiernos que "desafiaron" o criticaron los protocolos. Parte de la comparsa supone rayar en la hipocresía y la bravuconada.

¿Qué hicieron Cuba, China, Rusia, Irán, Venezuela? Alinearse a los protocolos, a pies juntillas, y aprovechar las ventajas del "diálogo" por la salud con el organismo supraestatal para "enfrentar" los estragos de la pandemia.

En este caso, asumir los dictados de la OMS era aceptar su gobernanza global, pero también -en nuestro caso muy particular- crear un espacio de acción soberano contra el bloqueo y la asfixia impuesta por el imperio norteamericano, porque en sus cálculos estimaron que los casos y las víctimas -como las de Guayaquil, Ecuador- nos llevarían a la ansiada conmoción social adobada con la escasez de gasolina, la sequía, la crisis eléctrica aún no superada y la invasión paramilitar y mercenaria. Un coctel explosivo que... no explotó.

El presidente Nicolás Maduro asumió ipso facto -con una rapidez sorpresiva y desconcertante- las normas de la OMS y fue más allá, evitando por más de dos meses, cifras récord de baja incidencia de infectados y de muertes. La rápida reacción comenzó a disolver la posibilidad de la conmoción, pero los aparatos de inteligencia ya habían echado los dados y no se detuvieron ante la evidencia del fracaso, el cual alcanzó el límite del absurdo en la invasión por las playas de Chuao. Seguidamente, rompen el bloqueo cinco intocables buques iraníes con gasolina, y EEUU por un extraño efecto mariposa, se incendia por los cuatro costados tras el asesinato -como tantos- de un afroamericano a manos de un policía blanco.

A más tecnología, menos comunicación
La paradoja ha quedado a la vista. Abundan los medios, pero la versión de la realidad es la que imponen las corporaciones. La nueva gobernanza ha sido impuesta por la vía foucaultiana de la biopolítica. Es el cuerpo el alfa y el omega. Todo se enfoca y dirige a él, hasta hacerlo desaparecer. Sólo quedan las pantallas. La OMS ha diseñado de la mano del miedo un cuerpo que no se puede tocar y que muere a solas.

En un mundo donde reinan las telecomunicaciones, la comunicación ha quedado reducida a im-pulsos. Porque, comunicación sin cuerpo, no es comunicación. Sin calle, sin roce social, sin contactos, no hay comunicación. De un lado las pantallas, del otro sólo el silencio. La comunicación sin cuerpo hace parte de los discursos posmodernos que suponen superada la "nostalgia de la comunidad" y asumen gozosos la espectralidad como el signo y el destino de una época:

"...la comunicación espectral está dedicada a desvincular. Dicha desvinculación sucede en gran medida por el anonimato que habita las nuevas formas de comunicación"... (Sánchez, 2010)

Hoy abundan los mensajes colectivos, conciertos, acuerdos sonoros y visuales que traspasan las fronteras, pero que no traspasan las pantallas, y allí mueren, con la llegada de la discontinuidad temporal o eléctrica. Existen pues, mientras dure la conexión ¿en vivo?, grabada, efímera, como las "historias" fantasmas de instagram.

Todo se borra, todo desaparece. ¿Qué queda? Una economía reconducida hacia escenarios controlados, de materialidad reducida y básicamente, sin los engorrosos cuerpos que se enferman, que caducan. La industria se traslada a la casa, a las cuatro paredes. La postpandemia es en verdad la llegada definitiva del postfordismo.

Y a todas estas, la educación...
Una educación sin contacto social, sin calle, sin cuerpos, no es educación. Lo esencial es lo material. Una educación flotante, aérea, posada en las pantallas, que maneja datos e información y los recicla, no es educación. Sin sentido de la territorialidad la educación se queda en el aire y no puede transformar la realidad, esto es, no logra transformar las relaciones de producción que reproducen el sistema capitalista. Sólo si la educación se territorializa y produce, esto es, si transforma la realidad, reproduce una nueva subjetividad y una nueva materialidad, un nuevo orden de cosas.

Esto que acá decimos lo sabe perfectamente el capitalismo, por eso desterritorializó a los indígenas y campesinos (arrancándolo no sólo de sus tierras sino de los saberes y conocimiento articulados y dependientes de sus territorios). Porque lo sabe, se esmera en el crimen para que no prosperen -como sucede en Colombia- organizaciones indígenas ni campesinas, que hagan peligrar su forma de producir y reproducir el capital, consistente en separar a los sujetos de la tierra y por ende de la capacidad de reproducir autónomamente sus vidas.

El capitalismo necesita generar mecanismos de esclavitud, y eso es posible si los sujetos pierden la relación con la tierra, con sus tierras.

De ahí que, la educación afín con el capitalismo no está asentada, ni articulada, ni vinculada a territorio alguno, sino atada a nociones pretendidamente universales que, en verdad, son entelequias vacías de contenido, pero no de "datos".

Simón Rodríguez ya había diagnosticado que existía una educación sin sentido de lo terrestre, donde predominaba lo memorístico y la repetición insensata, por ende, interpretamos nosotros incapaz de generar trabajo y transformación de la realidad. Quería el maestro

"... una escuela en que se enseñe la lógica, el idioma y el cálculo, por principios; y como los principios están en las cosas, con cosas se enseñará a pensar.
Se nombrarán cosas y movimientos que se vean, oigan, huelan, gusten y toquen, haciéndolos mirar, escuchar, olfatear, saborear y palpar."7
Una educación para la colonia y para la colonialidad, nos llega hasta hoy, en escuelas, liceos y universidades, desvinculados de las cosas, y por ende, de su interacción y conjugación en procesos productivos.

Esa educación aérea -inmaterial- adquiere contexto en esta educación "a distancia", verdaderamente distanciada de la sociedad, de los territorios, y por ende, de la realidad.
Insisto que esto lo sabe perfectamente el capitalismo, que por un lado desarrolla herramientas de tele-educación y teletrabajo, y por el otro, explota a los campesinos, roba sus tierras como se la roba a los indígenas para proyectos de megaminería o producción intensiva transgénica, y condena a millones a trabajos forzados en minas y sembradíos que sostienen la virtualidad de los delivery y las pantallas.

De la virtualidad, a la tierra
La tele-educación y el tele-trabajo se sostienen sobre explotación de la tierra y de los trabajadores y trabajadoras. Es decir, hay un velamiento ideológico de lo que verdaderamente sostiene el capitalismo. Hay meganegocios que le aportan al capital su verdadera base material: entre ellos las armas y el narcotráfico. La cara sucia del capital es cubierta con ideología tecnológica; la explotación de los recursos y de los trabajadores, con flexibilización y trabajo desde la casa, para minorías interconectadas. Un poco menos de la mitad de la población del planeta no tiene conexión a internet.8

Una universidad a contracorriente, entiende y evalúa el discurso de la gobernanza global, pero se esfuerza por construir las bases materiales para la reproducción de la vida. Y las bases no son otras que la tierra y el trabajo. Precisamente, dos elementos que el capitalismo cuando nació y para nacer, disolvió.

En efecto, el capitalismo separó a los campesinos de la tierra y extrañó el trabajo -y lo que este producía- de las necesidades de los trabajadores y trabajadoras, creando un mecanismo abstracto que nunca ha reflejado y jamás lo hará, el valor del trabajo: el salario.
El trabajo liberador no guarda relación con el salario, porque este existe para cubrir ideológicamente la plusvalía. Es decir, el capitalista al pagar los salarios afirma estar pagando el trabajo, pero no es así. Lo que está haciendo con ese gesto, es ocultar la plusvalía, la ganancia real y obscena, que obtiene de la explotación de los trabajadores, al usufructuar su tiempo y su tiempo de vida. Los trabajadores y trabajadoras creen falazmente que reciben un salario por su trabajo, cuando lo que están recibiendo es lo que paga el capitalista por su fuerza de trabajo, independientemente de lo que produzcan (y de las riquezas que produzcan):

"...el salario no es la parte del obrero en la mercancía por él producida. El salario es la parte de la mercancía ya existente, con la que el capitalista compra una determinada cantidad de fuerza de trabajo productiva.La fuerza de trabajo es, pues, una mercancía que su propietario, el obrero asalariado, vende al capital. ¿Para qué la vende? Para vivir.Ahora bien, la fuerza de trabajo en acción, el trabajo mismo, es la propia actividad vital del obrero, la manifestación misma de su vida. Y esta actividad vital la vende a otro para asegurarse los medios de vida necesarios" (Marx, 1489)9
Esto debemos tenerlo claro, porque el capitalismo invierte la realidad para ocultar la opresión. Por eso hoy habla de teletrabajo y teleeducación, para ocultar que el trabajo real es invisible e inhumano, y ocurre en terribles condiciones de opresión, y que la educación teledirigida, será definitivamente una educación desterritorializada, sin sujetos, ni transformación de la realidad.

Ambos procesos, trabajo y educación a distancia, significan la expresión más actual del proceso de desterritorialización iniciada por el capital desde que le arrebató las tierras y por ende los saberes, la ciencia y la posibilidad de la tecnología, a los indígenas y campesinos.

"El capitalismo intenta bloquear la comunicación efectiva entre los pueblos al ocultar la verdad, tergiversar la situación y disfrazarla para mantener la dominación o separarlos del mundo que evita todo tipo de solidaridad. Esta es otra forma de imponer el poder para someter a la fuerza. Como dijimos con anterioridad, los sectores dominantes convierten las mentiras en verdad y falsean la verdad para mantener la hegemonía de algunos sectores minoritarios sobre el sector mayoritario de la población." (Alves. 2012: 215)

La Universidad que necesitamos construir, repito, debe estar consciente de esta inversión ideológica del discurso capitalista, y responder robinsonianamente, con un volcamiento decidido a la recuperación de la tierra, los saberes y la ciencia y tecnología que nos permita producir y reproducir la vida con autonomía y dignidad.

Antecedentes
Recuperar la tierra ha de ser el objetivo central de la educación bolivariana. Fue la tierra -no exactamente la propiedad sino la relación con ella- lo que le expropió el capitalismo a los seres humanos, indígenas y campesinos. Este despojo ha sido velado ideológicamente y mientras más esfuerzos hagamos por ver su importancia central y por trabajar en función de restablecer nuestra relación con la tierra -en trabajo, ciencia y tecnología-, más cerca estaremos de una educación transformadora.

Cuando la UBV nació en el Eje Cacique Mara, su sede principal se localizó en las instalaciones de la que fuera una universidad privada, en el oeste de la ciudad, en una zona rural rodeada de extensas plantaciones de yuca, entre otros rubros. Cuando llegamos en septiembre de 2003 las instalaciones estaban abandonadas y la tenacidad de los trabajadores y trabajadoras fundadoras, las rescataron y las pusieron a funcionar para recibir enormes contingentes de estudiantes que encontraron en la UBV una vía expedita para lograr un sueño que había sido cercenado por las políticas neoliberales de los 80 y 90: ser profesionales.

Desde su nacimiento, la Universidad se debatió entre la vida académica tradicional, de libros, artículos y clases, con la construcción de una universidad con el objetivo puesto en el desarrollo comunitario. Pocos, salvo por la militancia política, tenían más o menos claro qué hacer o cómo abordar la educación en y con las comunidades. Las contradicciones y conflictos afloraron. En el PFG Comunicación Social el debate fue particularmente intenso. Se planteó una discusión sobre el tratamiento del tiempo y el espacio, contra los llamados "horarios mosaico", que presuponen una idea del conocimiento pre-determinado, inútil para la necesaria transformación de la realidad en camino al socialismo que exige un dinamismo y una flexibilidad por cierto, asumida en muchos aspectos desde el Documento Rector y que no fue, desde mi perspectiva, suficientemente comprendida.10

Recuperar el control del tiempo por los sujetos, es la empresa política más importante que puede existir, allí reside el punto neurálgico de la explotación capitalista que no es sino la explotación del tiempo o mejor de la vida, de los trabajadores y trabajadoras. El capitalismo usurpa y controla el tiempo de los sujetos convertidos en objetos de explotación, y al controlar sus tiempos, controla sus cuerpo y sus mentes.

La comunicación capitalista -que va más allá de los medios y copa las formas de construcción de las imágenes de la "realidad"- es la encargada de invertir la realidad. Nos hace creer que lo que producimos trabajando se paga con un salario (que nunca alcanza es lo de menos) y que el conocimiento pre-existe y debe y puede ser conocido por los sujetos de forma adecuada y adiestrada. Con lo primero nos convence de que la alienación es un estado natural del ser social y con lo segundo, que no tenemos poder sobre las cosas, sino que hay un conocimiento superior que lo manejan seres o entes superiores. La condición óptima del sujeto devenido objeto del capitalismo, es la alienación y la sumisión. Este "ser" producido por las relaciones capitalistas se encuentra desterritorializado y sin conocimientos para asumir la transformación de la realidad en función de sus necesidades. El sujeto que lucha por su liberación, ejerce control sobre la tierra y el uso del tiempo.

"Las formas concretas de deliberación democrática, que se deben ir conquistando, están asociadas a las formas, también concretas, de cómo ir adquiriendo poder real para gestionar la producción y la sociedad toda. Están asociadas al incremento del poder de la clase trabajadora, sobre el conocimiento y el saber hacer, sobre el dominio tecnológico, la organización del trabajo y la comunicación. En definitiva, sobre todas las formas de poder que tiene la burguesía y
que le permite mantener la hegemonía política y económica en la producción y en la sociedad." (Alves. 2012: 86)

La Universidad Bolivariana de Venezuela, tiene entonces, la oportunidad histórica de ofrecer a sus estudiantes y trabajadoras y trabajadores, tierra y tiempo autónomo. Las dos bases de la libertad crítica y transformadora, y que los medios de la comunicación capitalista y todo el conjunto de sus "aparatos ideológicos" velan, y que los aparatos de represión, niegan.

Esa oportunidad es la que el proyecto Comunidad Agroecológica UBV Cacique Mara intenta materializar.

El proyecto busca la utilización de las tierras para la producción con miras a la satisfacción de la demanda interna, del punto y círculo y la comercialización a través de la Corporación de Alimentos del gobierno municipal.

La actividad productiva tiene un ingrediente fundamental y estratégico, el asentamiento campesino aledaño a las instalaciones de la sede histórica de la UBV Eje Cacique Mara. Una universidad sin muros, relacionada con los productores y productoras de las comunidades, con sus saberes, ciencia y tecnología de la producción, y conocimiento del territorio y sus bondades, amén de la organización y capacidad de resistir a los embates de una economía que los niega y excluye, cuando paradójicamente o por eso mismo, son fundamentales para la vida.

A esa memoria recurrimos, activando el poder implícito en la organización académica y la sistematización, aplicada al objetivo histórico de la producción.

Intentamos cumplir los líneamientos explícitos de la Resolución 1282, publicada en Caracas el 27 de julio de 2011. Que planteaba que:

La educación y el trabajo son procesos fundamentales para alcanzar los fines esenciales del Estado.

- Fortaleciendo el Poder Popular con el desarrollo y consolidación del Sistema Económico Comunal, mediante la constitución de organizaciones socioproductivas, para la producción de bienes y servicios destinados a la satisfacción de necesidades sociales y el intercambio de saberes y conocimientos.

- Porque las instituciones de educación universitaria deben desarrollar componentes socioproductivos apoyados en las capacidades científico-técnicas e innovadoras para impulsar la transformación del capitalismo rentístico en un nuevo modelo productivo socialista, que permita el desarrollo del protagonismo socioproductivo del estudiantado y del Poder Popular, aunado al potencial productivo y científico- tecnológico local, regional y nacional.

- Las instituciones de educación universitaria deben priorizar el interés del trabajo liberador por encima del interés por el capital, favoreciendo la elaboración de estrategias que apoyen la vinculación universidad-producción-innovación, a través de la organización, creación y generación de conocimientos y la formación y educación del pueblo, para que asuman el control directo de los procesos de producción, distribución y comercialización de bienes y servicios imprescindibles para satisfacer sus necesidades y contribuyan a la construcción del modelo productivo socialista, a través del vínculo conocimiento-producción.

Y aquí, lo esencial:

La transformación universitaria pasa por el estímulo y apoyo al desarrollo del protagonismo
socioproductivo de las y los estudiantes, de modo progresivo y diferencial, así como de la multiplicación del número de proyectos productivos universitarios, que contribuyan a innovar con fuentes de trabajo y a generar nuevas oportunidades de inserción socio-productiva, con el fin de promover condiciones para la producción autónoma de base científico-técnica independiente, como vía de fortalecimiento de la soberanía nacional. Las instituciones de educación universitaria y sus actores, haciendo uso de sus capacidades científico-técnicas y de innovación, pueden desarrollar productos y servicios incorporando crecientemente los conocimientos y prácticas que permitan dinamizar el desarrollo productivo del país, con base a la vocación productiva y tradiciones culturales en los territorios de influencia.

Esas disposiciones son sólo posibles en la territorialidad concreta de las comunidades, porque sólo es posible producir, comunitaria y colectivamente. Ni teletrabajo ni educación a distancia puede hacerlo, como intenta imponer la gobernanza global en la reingeniería social de la postpandemia.

CONCLUSIONES
Las universidades tradicionales no están diseñadas para participar en la construcción de una economía soberana y autónoma alternativa al capitalismo. La UBV, aunque nació con ese propósito, debe buscar estrategias enmarcadas en una economía en transición al socialismo que trascienda definitivamente el rentismo petrolero. ¿Cómo ha de participar la UBV en este desarrollo? Decimos, creando formas de organización socio-productiva alternativas al paradigma económico dominante. La formación debe contemplar de manera transversal y orgánica los componentes de la economía comunal y la institución incorporar en los pensum las herramientas epistémicas y metodológicas para generar proyectos socioproductivos que abarquen de manera transdisciplinaria la formación profesional.
En este sentido, los docentes y la institución en la que trabajamos debemos dar un viraje. El trabajo debe ser construido desde las bases, en y con las comunidades, para satisfacer problemas en articulación estratégica de saberes, ciencia y tecnología. Debemos aprovechar la experiencia, el acumulado histórico social, cultural, político y económico que los estudiantes y las comunidades despliegan durante su formación para fortalecer la territorialidad de los proyectos.
Recordemos que en la resolución 1282 publicada en Gaceta el 27 de julio de 2011 se lee: “Las instituciones de educación universitaria deben contribuir al desarrollo del protagonismo socioproductivo”, porque “La transformación universitaria pasa por el estímulo y apoyo al desarrollo del sistema socioproductivo de las y los estudiantes, de modo progresivo y diferencial, así como de la multiplicación del número de proyectos productivos universitarios”. Sin duda, ese es el camino.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

  1. Alves, Elizabeth (2017) "Dialéctica del saber emancipador". Consultado en Pensamiento crítico XXI, https://pensamientocriticoxxi.wordpress.com/2017/11/28/dialectica-del-saber-emancipador/
  2. Alves, Elizabeth (2012) Planificación emancipadora. Subversión contra el capital. Ciudad Guayana
  3. Sánchez Martínez, José Alberto. (2010). La comunicación sin cuerpo: Identidad y virtualidad. Revista mexicana de ciencias políticas y sociales, 52(209), 37-52. Recuperado en 13 de junio de 2020, de http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-19182010000200003&lng=es&tlng=es.
1 El País, El FMI pide bajar pensiones por “el riesgo de que la gente viva más de lo esperado”, 11 de abril de 2912, https://elpais.com/economia/2012/04/11/actualidad/1334133453_457282.html

2 "Amazon, la empresa que más prospera en la pandemia: vende 10.000 dólares por segundo y se acerca al millón de empleados", https://www.infobae.com/economia/2020/04/21/amazon-la-empresa-que-mas-prospera-en-la-pandemia-vende-10000-dolares-por-segundo-y-se-acerca-al-millon-de-empleados/


3 Ver: "Una potencia mundial en litio, el golpe de Estado y la disputa por la supremacía tecnológica entre EEUU-China", en https://www.alainet.org/es/articulo/203497
4 Ver: "Los minerales estratégicos de Africa son claves para la industria occidental", en https://elpais.com/diario/1981/01/21/internacional/348879604_850215.html

5 Ver: "Perú paga un alto precio por su modelo minero". La minería es la principal fuente de conflictos sociales y ambientales en el Perú, una actividad impulsada por la creciente demanda mundial de metales preciosos necesarios para la fabricación de aparatos electrónicos. En: https://www.bbc.com/mundo/internacional/2010/06/100604_oms_criticas_gripe_porcina_farmaceuticas_plhttps://www.dw.com/es/per%C3%BA-paga-un-alto-precio-por-su-modelo-minero/a-43473962

6 Ver: "Vinculan a expertos de la OMS con farmacéuticas", en: https://www.bbc.com/mundo/internacional/2010/06/100604_oms_criticas_gripe_porcina_farmaceuticas_pl

7 Rodríguez, Simón. Obras Completas, R. II, p. 401.
8 Ver: "...mientras que el acceso a internet está casi saturado en los países desarrollados, la red sólo está al alcance de 35 por ciento de los países en desarrollo, e incluso, en las 48 naciones menos adelantadas la situación es particularmente crítica, ya que más de 90 por ciento de sus habitantes no tiene ningún tipo de conectividad." En: https://www.elfinanciero.com.mx/rankings/10-paises-en-los-que-internet-practicamente-no-existe
"
9 Marx, Carlos (1489) Trabajo asalariado y capital, https://www.marxists.org/espanol/m-e/1840s/49-trab2.ht
10 Ver: Hacia la justificación teórica de la planificación del tiempo académico en Comunicación Social UBV, en https://www.aporrea.org/medios/a20072.html


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