Conferencia
de Rafael Ahumada
profesor de la UNAM
5 de
junio de 2013
PFG
Comunicación Social – UBV Sede Zulia
Buenos día a todos,
agradezco la presentación del compañero, fue muy generoso al presentarme ante
ustedes, y también quiero agradecer de alguna forma a los que directa y también
indirectamente han hecho posible que esta mañana yo esté aquí con ustedes,
porque siempre para uno es importante tener estas oportunidades de compartir
los saberes, los conocimientos que uno tiene, y nutrirse de los conocimientos y
saberes que con los que compartimos tienen. La intención es poder hacer de esta
mañana un intercambio de impresiones.
A mí me han invitado
para que yo les dé una visión, un panorama lo más completo posible de cuál es
la situación del periodismo en México en la actualidad. Obviamente, en unos cuantos
minutos es difícil poder desarrollar un tema tan amplio como ese, pero hagamos
el esfuerzo de darles a conocer desde mi perspectiva la percepción que yo tengo
de cuál es la situación del periodismo en mi país. Trataré en ese sentido de
presentar un esbozo y a partir de la percepción que yo tengo de lo que sucede
en mi país y de cómo se llevan a cabo las relaciones de los periodistas y los
medios de la sociedad abocarme a las inquietudes, a las dudas que ustedes
tengan con respecto a lo que yo les comente.
Entiendo
que siempre es importante para quienes se están formando tener algún referentes
de qué es lo que está sucediendo en nuestras latitudes, en otros terrenos, en
otros lugares. Mi intención será quizás, en ese aspecto, tratar de ser lo más
preciso posible sobre cuál es la experiencia del periodismo en mi país. Y en
razón de eso, que ustedes tengan los elementos para poder hacer el análisis de la
comparación entre lo que sucede en mi país con lo que ustedes viven aquí. Venezuela
es un país que no conozco, tengo apenas escaso un mes de estar por acá en sus
tierras, y bueno, ustedes complementarán con lo que conocen sobre la vida aquí
en Maracaibo.
Después de este
preámbulo vamos a tratar de entrar en materia. La intención es esta, la idea
que tengo es que platiquemos, charlemos, obviamente no soy la biblia, inclusive
la idea de que yo les hable de mi país nace porque como vengo de México algunos
colegas dijeron que les podía hablar del periodismo allá en mis tierras, pero
lo que me trae aquí no es eso –por eso decía que les voy a dar el esbozo de la
percepción que yo tengo sobre la situación del periodismo en mi país. Pero no
es algo con lo que yo esté trabajando, por lo tanto tampoco espero que la
expectativa vaya más allá de ser simplemente el testimonio de un mexicano; pero
habrá otros mexicanos que quizás tengan percepciones distintas.
Por eso voy a ser lo
más preciso, y lo que les comente tendrá ciertos fundamentos para que no sea sólo
mi percepción sino que esté basado en situaciones concretas, en hechos que me
permitan en determinados momentos hacer los juicios sobre el periodismo en
México.
Es complejo, es
difícil hablar de qué pasa en un país con respecto a algunas situaciones en
particular porque hay muchas cosas, muchas situaciones que se van entrelazando
para que una realidad se concrete. Y en ese sentido a veces el proceso
cognitivo de un solo individuo es difícil, pues es difícil tener todos los
amarres de todas las variables que intervienen para que un hecho se dé.
¿Cómo abordar esto de
qué pasa en México con el periodismo, o cómo se está viviendo hoy? Hay una
corriente metodológica, la fenomenología, que explica que para conocer una
realidad primero hay que formar o construir una realidad utópica: cómo debiera
ser lo que nosotros queremos conocer para ir a algunos de los hechos y entonces
tener ese constructo que hicimos de manera ideal como referente y poder ver qué
tan cerca o qué tan lejos estamos de cómo pensamos debieran ser las cosas. Yo
retomo esta postura fenomenológica, ese principio, para poder hacer mi
análisis, somero y breve sobre el periodismo en México.
Para poder entonces
responder qué sucede con el periodismo en México habría qué responder a la
pregunta, qué es el periodismo. Para qué sirve un periodista o cuál debe ser la
labor de un periodista. Para que, en función de eso yo pueda después ver cómo
se está haciendo el periodismo en México, bajo qué condiciones, cuáles son los
aspectos preponderantes de ese quehacer y cuán cerca estamos de ese ideal o qué
tan lejos.
En ese sentido, el
periodismo lo defino como la actividad mediante la cual se informa a una
sociedad sobre el acontecer político, social, económico y cultural de su
entorno. ¿Para qué o con qué fin se le debe informar al ciudadano sobre su
realidad social? El objetivo del periodismo es informar para dotar al individuo
de elementos que le permitan conocer y analizar su realidad inmediata y en
consecuencia formarse una opinión y orientar su comportamiento dentro de la
sociedad.
Es decir, no es
informar sólo por informar, sino que debe haber un objetivo, un propósito y ese
propósito es hacer que el ciudadano se convierta en un agente que pueda
analizar y reflexionar sobre su realidad y en consecuencia poder orientar su
comportamiento con respecto al grupo social al que pertenece.
Desde esa perspectiva
informar a la gente sobre lo que sucede orienta su comportamiento y le permite
formarse una opinión. Y entonces, en razón de la opinión que tenga sobre lo que
está sucediendo en su entorno va a tomar decisiones, va a actuar de alguna
forma junto al grupo social, esa es la importancia de la información y del
periodismo. Podemos decir entonces, que el periodismo crea conciencia, el nivel
de información que un sujeto tiene sobre su realidad le hace estar consciente
de qué está sucediendo, qué cosas están bien, y qué cosas no, qué hay que
mejorar, qué hay que transformar, y a mi en lo particular: qué me toca hacer
para que esa realidad que no favorece al conjunto social pueda cambiar. Digamos
que ese sería de manera ideal lo que el periodismo debe aportar a la sociedad.
-Esto que acabo de
decir lo solté así de manera muy tranquila, sencilla, simple, sin mayor
problema. Y las cosas normalmente así son, es fácil decir las cosas, pero
hacerlas implica ya dificultades. Entonces, entrar al terreno de la creación de
conciencia, la formación de opinión, que favorezca la toma de conciencia del
sujeto sobre su realidad y tratar de transformarla, es bastante complicado.
Porque cuando hablamos de información y
de opinión, ello está relacionado directamente con el aspecto de «verdad», la
veracidad de la información que se le da a conocer al individuo-.
Y cuando entramos a
hablar de verdad en realidad entramos a un terreno sumamente movedizo, no hay
firmeza. Dice por ahí la filosofía, que no hay verdades absolutas, que la
verdad es relativa y que, en función de eso, no hay una sola verdad sino
diferentes y distintas verdades. Entonces, cuando hablamos de verdad, es ¿la
verdad de quién? Sobre un hecho puede haber diferentes opiniones, sobre una
misma situación puede haber distintas visiones, distintas percepciones y esto
hace complejo hablar de verdad, y también hablar de verdad está muy unido al
concepto de realidad, porque todos decimos que hay que informar sobre la
realidad de las cosas, pero resulta que también la realidad no es única, la
realidad es múltiple; verdades y realidades son conceptos que la misma
filosofía ha debatido y estudiado profundamente para tratar de dilucidar qué
debemos entender por uno u otro concepto, y se entra a cuestiones como les
decía yo más complejas, más difíciles.
La misma
fenomenología a la que me referí al principio como una postura metodológica,
filosófica, determina que la realidad no es única y que la realidad es una
construcción mental que hacemos los sujetos. Ahora mismo, estamos en un mismo tiempo
y un mismo lugar, en un mismo espacio que estamos compartiendo, y es real que
yo estoy frente a ustedes, no es una alucinación, no estoy soñando, no me metí
ningún sicotrópico y estoy acá en el viaje y suponiendo esto; esto en realidad
está pasando pero cada quien está teniendo esta experiencia vivida de manera
distinta; yo estoy asumiendo un papel de expositor, de invitado y en
consecuencia tengo que actuar y comportarme de cierta forma, y asumir cierta
actitud, y la de ustedes es muy diferente a la mía, ustedes me están viendo,
algunos me estarán midiendo, «este tipo qué onda…, está soltando todo un
rollo…, qué tan cierto pueden ser los juicios que me está dando… etc.» Entonces
tenemos una perspectiva diferente de lo que estamos viviendo aquí, inclusive
espacialmente yo tengo un ángulo de visión diferente al de ustedes, yo veo lo
que ustedes no ven desde el lugar donde estoy, y ustedes están viendo cosas que
yo no veo por la posición que tengo. Todo eso tiene que ver cuando
reconstruimos las cosas que vivimos aquí, cada quien lo va a platicar de manera
diferente y va a tener impresiones distintas. Yo lo estoy viviendo de una
manera diferente y entonces la versión que tendré de lo que pasó aquí va a ser
distinta a la que ustedes tengan. Es un simple ejemplo de cómo, a pesar de que
estemos en un mismo lugar y tengamos una misma experiencia, la estamos
obteniendo de manera diferente y distinta. Por lo tanto la realidad no es la
misma para todos los que estamos aquí. Cada quien está construyendo esta
realidad cognitivamente de manera distinta.
Entonces,
cuando nos enfrentamos a los hechos, no nos enfrentamos a hechos en bruto,
interpretamos la realidad, y es por eso una construcción mental; los hechos a
los que nos enfrentamos, las experiencias que vivimos las interpretamos. Y
¿cómo las interpretamos? Con nuestros referentes, hacemos una interpretación
con nuestro modo de pensar, con nuestro esquema mental, con nuestras ideas, con
nuestras creencias, nuestras fobias, con nuestras filias, y cada individuo
piensa distinto y diferente a los demás. Como compartimos culturalmente situaciones
similares pues tenemos formas de pensar similares, pero no iguales. Entonces,
cuando a un periodista le dicen que tiene que ser objetivo y que tiene que dar
a conocer los hechos tal cual sucedieron, ese «tal cual» es una interpretación.
Entonces, lo que
nosotros informamos es la subjetividad con la que interpretamos estos hechos.
Luego, esto de la objetividad también se vuelve un mito, porque la objetividad
como tal es imposible. Somos sujetos, por lo tanto somos subjetivos, si
fuésemos objetos entonces seríamos objetivos. Pero no es así, tenemos ideas,
tenemos creencias, tenemos afinidades, en fin, esto está haciéndose cada vez
más complejo y no tan simple como lo enunciaba.
Cuando
entramos en ese terreno de la realidad, de la verdad, todo tiene sus matices. Y
con eso es con lo que el periodista trabaja, y si a eso le agregamos que hay
intereses de por medio, intereses políticos, económicos, en esto del fruto de
la información, ¿qué es lo que le piden al periodista y al periodismo en
general? Bueno, si no puede ser totalmente veraz, si la verdad como tal –como
ya dijimos- es múltiple, entonces se le pide imparcialidad. Y esto de la
imparcialidad tiene que ver con la neutralidad. A pesar de que yo tenga cierta
afinidad o cierta cercanía con algún conjunto de ideas, a la hora de
interpretar los hechos intentaré ser neutral. No sesgarme para un lado o para
el otro. Y eso también se dice fácil pero precisamente por eso hablaba de la
subjetividad, porque nuestra interpretación
siempre va a estar
impregnada de las ideas y de las creencias que como sujetos tenemos.
¿Qué nos queda?
Ser plurales. Buscar la pluralidad, es decir, en el ámbito de las ideas éstas
son múltiples, diferentes, todos pensamos distintos, todos tenemos derecho a
poder expresar nuestro punto de vista, dar nuestra opinión, expresar la forma
en que pensamos. Respetar esa diversidad de pensamiento es ser plural, dar
cabida a la pluralidad. De tal manera que le demos voz a los diferentes actores
que intervienen en un mismo hecho, así estaremos contribuyendo a esa
diversidad, a dar cabida a la diversidad de pensamiento, de ideas y en ese
sentido dejaremos que sea el lector, el escucha, el televidente, etc., el que
con la información que le estamos proporcionando pueda normar su criterio, normar
una opinión y en consecuencia tomar una actitud, una conducta o un
comportamiento de una manera o de otra.
Eso sería a grandes
rasgos lo que esperaríamos del periodismo, desde esa perspectiva lo que
buscamos es crear una opinión pública que favorezca el bien común, buscamos
informar a la gente para que en conjunto la sociedad tome conciencia de una
determinada situación y se busque la transformación. Pero esa transformación no
es buscando el bien particular o personal sino el bien común.
Desde esa perspectiva
para algunos el periodismo puede servir de vigía, como vigilante de los que
están encargados de llevar a cabo el gobierno de nuestras sociedades, la
administración de los bienes que son de la comunidad. A quienes damos la
potestad para que manejen los bienes que son de todos, tenemos pues que vigilar
que lo hagan bien, así como el marido que le da el gasto a la mujer vigila que
no haya desvíos (risas), que compre lo que debía comprar que haya víveres, que
esté lo que se necesita, etc. Se trata de ver de alguna manera cómo están las
cuentas públicas, si no se están enriqueciendo ilícitamente, si no están
haciendo negocios personales sino favoreciendo con el gasto público a las
necesidades de la sociedad.
Acuérdense que en los
países latinoamericanos estamos construyendo nuestras democracias. Vivimos
democracias que están en proceso de perfeccionamiento. En México, nuestra
democracia la estamos construyendo, todavía es una democracia incipiente, de
modo que el periodismo contribuye de alguna manera a esa construcción de la
democracia, y en democracia entonces tiene que haber una rendición de cuentas
claras acerca de las administración pública, acerca de los bienes que nos
pertenecen a todos, entonces los medios de comunicación se convierten en ese
sentido, en vigilantes de eso porque pueden señalar, pueden denunciar, pueden
demandar lo que no se está haciendo bien y obligar a los gobernadores, a las
autoridades a reorientar sus políticas, a rehacer lo que no se está haciendo
bien; etc.
Ejemplos hay muchos. En
EEUU se vivió el derrocamiento de un presidente, el presidente Nixon, cuando un
grupo de periodistas de un diario dio a conocer desvío que se estaba haciendo
para la compra de armamentos… el famoso Watergate[2]
(17 de
junio de 1972). Los que son muy jóvenes no se acuerdan de eso, pero los que
estamos un poco más allá que de acá, tenemos muy presente esa situación. Por
eso es que a los medios en ocasiones se les llama el Cuarto Poder, en
particular a la prensa. Está el poder ejecutivo, el poder legislativo, el poder
judicial y este Cuatro Poder, el de los medios de comunicación. Porque igual
que pueden levantar e impulsar ciertos liderazgos políticos también los pueden
hacer caer. Por eso hablaba de que en los flujos de información tiene que haber
o hay intereses de tipo político o económico, a eso me refería, a la fuerza que
en ocasiones puede tener la información como tal.
En México hay también
experiencias al respecto. En México un gobernador tuvo que renunciar a su
gubernatura
porque hubo un hecho en el estado de Guerrero, un grupo de campesinos que se
dirigía a un mitin, a una manifestación de un partido de izquierda, un partido
político, fueron emboscados por un grupo armado que prácticamente liquidó a la
mayoría. Era un camión de carga que iba lleno de campesinos, treinta o
cincuenta campesinos, llega este grupo armado, ametralla y prácticamente mata a
casi todos, y entonces decían que había sido un problema de venganza de un
pueblo con otro, sobre la propiedad de algunas tierras, etc., y de repente a la
televisión se le filtra un video en donde se ve que quiénes hacen esta masacre
son policías estatales, y obviamente ese grupo policíaco tuvo que recibir
órdenes pues pertenece al estado, etc., etc., entonces el que encabeza todo eso
es el gobernador y ante esa evidencia no quedó otra que dimitir a su puesto,
fue enjuiciado por esa situación. Y fue porque precisamente se dio a conocer a
través de los medios, en un espacio noticioso[4]. A eso me refiero
cuando hablo de que el periodismo en un determinado momento, una de sus
funciones entre otras, es la de servir como vigía.
Ante esta situación
de qué es el periodismo, para qué sirve el periodista, cuál es la función que
debe cumplir, puedo hacer un análisis de lo que sucede en mi país y un análisis
crítico y establecer bajo qué condiciones se hace periodismo en México. Pasamos
entonces a la segunda etapa de mi plática. Para hacer este análisis voy a
retomar una declaración que hizo una colega mía en México, Fátima Fernández
Christlieb[5]. Ella hizo un
estudio sobre los medios de comunicación y allí concluye que en la prensa
escrita de México se puede hablar de todo, en la radiodifusión, en el medio
radiofónico se puede hablar casi de todo, y en la televisión mexicana no se
puede hablar de nada o bien, no se dice nada.
Para algunos el
problema de los medios no está en lo que dicen sino en lo que no dicen, en lo
que dejan de decir, porque cuando las cosas se ocultan no se saben, no son del
dominio público y entonces no hay nada que se pueda hacer para revertir, para
que se enmiende algo que está mal. Por ejemplo, en México, cuando asumió la
presidencia el presidente, ahora ex presidente, Vicente Fox, a las pocas
semanas empezó a circular por las redes sociales el presupuesto que se estaba
erogando para los gastos de la Casa Presidencial, y en ese presupuesto estaban
cotizadas las toallas de baño en 150 mil pesos, esto quiere decir
aproximadamente algo así como 20 mil $. ¿Cómo una toalla por muy fina que sea
va a costar eso? Evidentemente que ahí se estaba haciendo un mal uso del gasto
público, y bueno debo reconocer también que en mi país desgraciadamente no es
muy honroso el que ocupemos los primeros lugares en corrupción. Se ha hecho la
corrupción parte de la cultura y eso se ha convertido en uno de los principales
problemas por los cuales no podamos avanzar y tener el desarrollo que
quisiéramos. Pero ese es un ejemplo de cómo la corrupción se empieza a dar. Y
bien, si no es dada a conocer esta situación entonces, los que la están
haciendo siguen impunes, cuando se dan cuenta que esto ya es del dominio
público tienen que explicar, tienen que dar cuentas, si no tienen
explicaciones, si no hay razón, tienen que dejar sus puestos, en fin, son
enjuiciados, etc., y entonces de una u otra manera esto tiene que corregirse.
Obviamente, los
principales noticiaros de televisión nunca dijeron nada sobre esto, esto se
supo porque trascendió en los medios digitales, a través de las tecnologías de
la información y la comunicación, y por eso aquello de que en la prensa se
puede hablar de todo, en la radio casi de todo y en la televisión, de nada.
¿Por qué es esto? Porque en México la prensa escrita es diversa y plural, es
diversa porque lo mismo encontramos diarios de derecha, diarios de derecha que
están montados digamos en el centro y diarios que tienen una tendencia hacia la
izquierda, de tal manera que cuando compramos un periódico ya sabemos cuál es
su tendencia. Hay un periodismo militante y cuando hablamos de la verdad y esas
cosas, claro que se vale, se vale tener una postura, asumirla y decirla, yo voy
por aquí o por aquí, pero decirlo abiertamente, porque no se puede andar por la
vida nadando hacia donde nos lleve la corriente, sino que hay que asumir una
postura y en función de esto es válido, y en ese sentido en la prensa escrita
hay diarios y periodistas que deliberadamente hacemos periodismo que defiende
posturas de izquierda y es esa nuestra ideología y por ahí transitamos. Lo
mismo hay periódicos que dicen no, nosotros somos de derecha, somos
pro-empresariales, por ahí vamos y defendemos las posturas…
Pero a pesar de que
los periódicos tienen sus tendencias, en las secciones de opinión se busca que
haya equilibrios, y entonces hay plumas que escriben desde la derecha o desde
la izquierda, desde la derecha desde un periódico de izquierda; en esas páginas
podemos ver cómo se dan argumentos, razonamientos defendiendo o atacando
ciertas posturas, pero eso es lo enriquecedor y lo importante. Yo como lector
puedo leer una columna u otra y entonces tengo las dos versiones sobre una
misma situación y en función de esto elijo quién me convenció más, quién me
parece que dio argumentos más contundentes, en fin, eso me permite ir
desarrollando una opinión y tener una manera de pensar y de analizar y ver las
cosas.
Por eso se dice que
en los diarios se puede hablar de todo, en ese sentido inclusive los diarios
que han recibido muchas veces ataques, embates fuertes de algunos gobiernos, se
mantienen y sostienen. Eso es lo importante, ir avanzando en estas democracias
incipientes, en ese terreno del respeto a las ideas. No es posible que en pleno
siglo XXI, cuando ya conquistamos el espacio, cuando ya podemos hacer
clonaciones, descifrar el genoma humano, es decir hay una serie de avances en
el terreno de las ciencias y la tecnología, todavía pueda haber gente
perseguida por su forma de pensar, por sus ideas; como que ahí choca esta
situación. Entonces tenemos que ir avanzando como sociedades en ese sentido.
La desilusión viene
porque en México se lee poco. En los medios impresos hay una gran diversidad,
hay pluralidad pero desgraciadamente la influencia que tienen en la nación es
poca porque se lee poco. Periódicos de nivel nacional en México tienen tirajes
de 350 a 400 mil ejemplares diarios, para una población de 120 millones es muy
poco en realidad. Cuando un programa en horario Triple A tiene audiencias de
30, 40, 50 millones esos 350 mil ejemplares prácticamente se pierden. Hay
revistas, semanarios, que suelen hacer análisis muy fuertes, muy críticos, pero
que igual tienen tirajes de 100 o 200 mil. Una revista del mundo del
espectáculo en TV y telenovelas tiene un tiraje de 1 millón de revistas; eso es
lo que más se lee y digamos que así somos, en esa etapa estamos. Muy distinto
sería si los niveles de lectura fueron mejores, pero bueno de cualquier manera
allí está y si no se lee mucho entonces los que leen son sectores que tienen
también cierta influencia en el conjunto social, las clases medias altas, los
sectores académicos de las universidades, que es donde está la gente pensante,
bueno los que leen, lo que revisan los diarios, y entonces el resto de la
población, no.
En la radio, se puede
hablar casi de todo, hay una gran variedad pero comienza a darse el fenómeno de
la concentración, los medios de comunicación concentrados en muy pocos. La
radio en México está copada por seis familias, tenemos un dial radiofónico de
cerca de mil 200 estaciones de radio, pero esa cantidad está concentrada en
seis familias, entonces aunque el número sea bastante, quienes deciden qué se
dice, cómo se dice, de qué debemos estar enterados los ciudadanos son seis
familias, y obviamente familias pudientes, familias con capital, con poder
económico, para poder concentrar y poder apropiarse de las estaciones de radio.
Son grupos, un grupo radiofónico que tiene 100 o 200 estaciones de radio a lo
largo y ancho del país, y que tienen mucho dinero.
Tenemos las radios
culturales, radios que operan en algunas universidades, en algunos centros
educativos, que tienen su propia frecuencia y pues, trasmiten. Y tenemos radios
estatales, que operan desde el Estado. Eso ofrece la posibilidad de que haya
cierta diversidad, y espacios radiofónicos donde se le da cabida a voces
disidentes, altisonantes, como pueden ser algunas voces en ocasiones. Y después
pasamos a la televisión y le decía que en la TV prácticamente no se puede
hablar de nada, porque la televisión en México está copada… si la radio por
seis familias, la televisión por dos. La familia Azcárraga Jean, que es el
presidente del grupo Televisa
y Ricardo Salinas Pliego, que es el presidente, el dueño de TV Azteca.
En México en la
televisión tenemos un duo-polio, son dos los grupos que copan casi el 100 % de
la imagen o la televisión. Pero además TELEVISA que es el grupo de televisión
que tiene más años, que surgió a mediados del siglo pasado por lo que está
ahorita festejando 60 años, aparte de ser el grupo que tiene el mayor número de
canales de televisión también tiene estaciones de radio, periódicos, revistas,
productoras de cine, entonces las principales emisoras de cable y satélite son
filiales de Televisa, Sky, Cablevisión, en fin, prácticamente es un pulpo,
tiene muchos brazos, y se ha ido extendiendo en el mundo mediático y en el mundo
del espectáculo en general y la farándula. Su fuerza y su poder trasciende ya
las fronteras del país y tiene canales de televisión en España, es el principal
exportador de telenovelas, ustedes habrán visto algunas, conocerán algunos
protagonistas precisamente por esa amplia difusión que tiene, un ejemplo de
cómo exporta contenidos es el Chavo del 8,
El Chapulín Colorado, muy conocidos,
cuando uno sale fuera de su país y le preguntan de dónde viene, de México dice
uno, responden ah El Chapulín Colorado, no contaban con mi astucia, síganme los
buenos, y cosas así (risas), todo eso es gracias a Televisa.
También hay otras
cosas importantes, pero de eso no nos sentimos muy orgullosos algunos, muchos
sí se sienten orgullosos pero algunos no sentimos que sea lo mejor porque no se
está dando a conocer la verdad, lo mejor que hay en México.
Entonces,
si dos familias tienen el dominio de la televisión son muy pocas las personas
que deciden qué es lo que deben conocer, ver, saber, el resto de la población.
Son unos pocos los que deciden la información que ha de recibir la inmensa
mayoría, porque como les comentaba a ustedes en México se lee poco, y entonces
la televisión aún con el surgimiento de las tecnologías de la información y la
comunicación, internet, las redes sociales, todas estas cosas que están en boga
ahora, la televisión sigue ocupando un papel preponderante dentro de los medios
de comunicación, la televisión ocupa un papel hegemónico
con respecto a los demás.
El nivel de
penetración y la cobertura que tiene la televisión es inmensa, es muy fuerte.
Alguna vez alguien me pregunta, pero bueno se habla de la industria de la
televisión y cuando hablamos de industria hablamos de instancias donde se
producen cosas para vender, la industria del calzado vende zapatos, la del
vestido ropas, etc., entonces la industria de la televisión ¿qué vende? Si
nosotros podemos tener nuestros aparatos, nuestras antenitas y, si nos
contratamos el servicio de paga, pues tenemos la televisión y las señales.
Entonces decíamos que la televisión lo que vende es precisamente eso:
espectadores, la televisión se encarga de tener el mayor número de audiencia.
Eso es lo que vende, le vende a las agencias publicitarias televidentes,
mientras más gente
esté
viendo un programa mejor se cotiza para que las grandes empresas se anuncien en
ese espacio.
Entonces la Coca-Cola
decide anunciarse en la trasmisión de determinado programa porque mi anuncio lo
verán 50, 60 o más millones de personas, y no sólo de mexicanos sino que me van
a ver también en Panamá, en Costa Rica, en España, en otros muchos lugares. Y
entonces es eso lo que la televisión ofrece y vende, lo que produce es
televidentes, la televisión produce audiencia y esa audiencia es la que vende,
por eso a los niños los comienzan a acostumbrar, a formar como televidentes para
que se vuelvan asiduos a un determinado género, a un determinado tipo de
programa, para que siempre los estén buscando. Hace poco platicaba con un
colega acerca de cómo el futbol tiene un poder económico muy fuerte, ahí se
hablan de cantidades exorbitantes por los derechos de trasmisión, por las
audiencias que un partido puede tener a nivel mundial, entonces en los
mundiales que organiza la FIFA y en el especial en las finales es cuando se ha
tenido el mayor número de personas sintonizando una emisión televisiva, y eso
se convierte en mucho dinero porque ahí se anuncian las principales marcas:
Adidas, Nike, Coca-Cola, etc., entonces ese es el gran negocio, porque esa
audiencia le interesa a los anunciantes porque son consumidores potenciales,
entonces la televisión promueve y lleva a cabo ese proceso de convertirnos en
consumistas, algunos ya son compradores compulsivos, buscamos obsesivamente una
marca, en fin.
Eso es lo que la
televisión entre otras cosas vende. Entonces, para la televisión no está entre
sus principales objetivos o propósitos informar a la población, busca captar la
atención. Y ¿cómo capta la atención? Pues, con el entretenimiento, con lo que
le puede resultar a la gente espectacular, lo que puede hacer para que sea
atrapado y estar ahí para que esté pendiente de una emisión particular, y
entonces el rating se vuelve un parámetro, entre más altos niveles de rating es
que hay más gente viendo ese programa, cuando el programa tiene bajos niveles
de rating lo sacan del aire porque no es rentable, entonces se necesitan
ciertos mínimos de audiencia para que permanezca en el aire. Esas son las
prioridades de la televisión, y pedirle a la televisión que informe de manera
veraz, plural, diversa, no le interesa a la televisión porque eso no le da a la
televisión audiencia.
Y eso también ha
hecho que la televisión, al tener la atención de amplios sectores de la
población, se vuelva atractiva para los políticos. Estos todavía piensan en mi
país que presencia en la televisión es igual a votos. Entonces ellos buscan
afanosamente tener espacios en la televisión, y la televisión le ofrece sus
espacios al político pero a cambio de la concesión, del respeto a que yo me
expanda como negocio, hasta el punto que el político se ha convertido en un
producto de la televisión y lo que tiene realmente la fuerza y el poder son los
medios en general, pero en particular la televisión.
En México se ha
posicionado una sola familia con la industria televisiva más grande y más
importante, algunos se atreven a decir que ya no es solamente de México sino
que es una de las empresas más grandes de Latinoamérica, o por lo menos del
mundo de habla hispana, entonces ese es el tamaño de Televisa, su fuerza. En
ocasiones, los políticos o la sociedad no establecen los asuntos que deben ser
analizados y debatidos socialmente, es la televisión la que manda.
Es decir, si la
televisión no nos dice cómo pensar… Pues muchos estudios afirman que la
televisión tiene gran penetración y todo lo que quieran, pero –aseguran-, la
población tiene la capacidad de raciocinio y lo que ve y escucha de la
televisión lo puede creer o no, puede estar de acuerdo o puede aceptar o
rechazar, entonces está ese proceso de resistencia y uno dice, sí podemos creer
que aún los sujetos tenemos esa capacidad de razonamiento que nos permite ante
los contenidos de los medios decidir con qué y con qué no estamos de acuerdo.
Pero, lo que sí es
contundente es lo siguiente: los medios nos dicen en qué debemos pensar; no
cómo, pero sí en qué. Porque son los que establecen la agenda, son los que dan
a conocer los temas.
Lo
que la televisión da a conocer se vuelve del dominio público, lo que dice un
personaje de la televisión al siguiente día todo el mundo lo sabe, entonces lo
que los principales noticiarios de televisión en México dan a conocer es sobre
lo que se discute, sobre lo que se habla. Por eso decía yo, muy al principio de
la plática, que el problema con los medios muchas veces no está en lo que dicen
sino en lo que no dicen, en lo que ocultan, y entonces entre la TV y los
políticos se ha dado una complicidad, yo te beneficio, yo establezco una norma,
una regulación jurídica laxa, que no te afecte, que puedas seguir
expandiéndote, creciendo, pero me das espacios, das a conocer lo que yo quiero
que se conozca.
En México se dice que
hacemos un periodismo de «declaracionitis», es decir solamente se reproduce lo
que dijo tal o cual secretario de estado, o lo que dijo el Presidente, o el
director de un centro, no hay mucho periodismo de investigación. Cuando se
investiga se busca, se hurga qué se está haciendo y cómo, y se dan a conocer
resultados de trabajos de investigación, es cuando se descubren cosas, pero
cuando sólo estamos repitiendo lo que dijo el secretario de economía, que la
economía va bien, que estamos recuperando el poder adquisitivo, entonces no
estamos comprometiendo en nada a que este señor nos de cuentas sobre algún
problema que la población esté viviendo, entonces algunos periodistas no salen
como dice por ahí de sus «zonas de confort», voy a la conferencia de prensa, me
dan un boletín, lo reproduzco y eso es lo que doy a conocer.
En México se le dice chayote
al dinero que le da una secretaría de estado al reportero que cubre esa fuente.
¿Para qué le dan esa lanita? Pues para que reproduzca lo que le están dando
como noticia.
Entonces, ahí hay
ciertos vicios, ciertas situaciones que no favorecen todo lo que decía al
principio, de que el periodismo debe ser vigía, de que debemos darle cabida a
la pluralidad, a la diversidad, etc., etc., con estas condiciones el periodismo
encuentra un panorama difícil, muchas veces el reclamo es que, bueno, a mi la
escuela me está formando, me está profesionalizando para ejercer una actividad
que cuando salgo resulta que no puedo decir lo que quiero decir porque me
enfrento a una política editorial que, si no respeto, pues me dan las gracias. Porque
los dueños medios de los medios establecen sus líneas, sus políticas
editoriales, con el financiamiento de los medios se cumple aquello de que
«quien paga, manda», entonces si un laboratorio farmacéutico está anunciándose
en un periódico, en una revista, en una radio o en la misma televisión, si hay
una información que comprometa o no hable bien de ese laboratorio, éste habla
inmediatamente con el dueño y dice, oye, yo estoy pagando ahí y ahora resulta
que me están golpeando.
En México hay una
anécdota de un presidente que tuvimos, José López Portillo, que hizo una
declaración pública porque retiró la publicidad que pagaba su gobierno a unos
diarios y muchas veces la publicidad que los gobiernos pagan a los medios les
representa su sustento, de tal manera que cuando el Estado les retira la
publicidad casi-casi los condena a la bancarrota, entonces este presidente se
excusó de la siguiente forma, dijo: «Es que yo no pago para que me peguen». Si
tengo publicidad pagada y ese periódico está hablando mal de mí y de mi
gobierno, ya no le pago; y en general a ese tipo de cosas se enfrenta el que
tiene un medio o los que trabajan en algún medio.
Esto hace que en
ocasiones haya altos niveles de frustración, pero hay formas y salidas, esto
del periodismo como cualquier otra actividad pues también tiene mucho que ver
con aspectos éticos, la deontología debe estar muy precisa. Uno de los valores
precisamente del periodismo es la imparcialidad, la pluralidad, la diversidad,
tratar de democratizar los medios, de que el mayor número de gente tenga
acceso. Por eso las nuevas tecnologías para algunos analistas de los medios y
las comunicación las ven como esperanzadoras, porque son medios democráticos ya
de nacimiento, porque se puede tener acceso directo a estas… claro, quién tenga
para adquirir las herramientas de esta tecnología de la información y la
comunicación, quien tenga la conectividad y demás, pues ya tendría libre acceso
para difundir, para emitir contenidos. Ya no solamente para consumir sino
también para producir, y bueno en ese sentido se dice que estas nuevas
tecnologías pues ya son democráticas, no como en el caso de la prensa, la
radio, la televisión, el cine, que tienen una verticalidad y que, como
decíamos, los que tienen acceso a estos medios son los que estructuran y
establecen los contenidos que han de ser difundidos, para que sean consumidos
por una gran masa. Por eso la era de la comunicación masiva, entre más gente
reciba ese mensaje, para el medio es mejor. Sólo que nada más va en una sola
dirección.
Bueno, para ya no
cansarlos ni agobiarlos con tanta perorata, este es mi análisis, la percepción
que tengo de cómo se está llevando el periodismo en México, en mi país, y si en
ese sentido hay algunas inquietudes o quieren que precise algunos puntos o
aspectos, pues con mucho gusto estoy aquí para tratar de resolver sus
preguntas.
Por su atención,
muchas gracias.
Grabación, transcripción e investigación: José
Javier León.
Fotos: José Javier León y Miguel Fuenmayor
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