Sobre la Carta UNIVERSIA RíO 2014, o por donde va la Universidad como botín



Comento este documento porque traza la dirección que tienen las universidades diametralmente opuestas a la Universidad Bolivariana de Venezuela, de la que formo parte y a la que me debo. La Carta Universia 2014[1] fue suscrita por más de mil rectores en una reunión efectuada a finales de julio de este año en Río de Janeiro, o sea, ahorita. Por lo que leí asistieron por Venezuela cinco e indagando un poco más me enteré que la UCV, la casa vencida por las sombras, ocupa el puesto 29 en el ranking internacional, lugar que Universia reconoce y por lo que el Banco Santander –supongo al menos potencialmente- arriesga financiamiento. Por cierto, la deslustrada LUZ está en el rango 161-170.

La UBV claro está, no entra en pantalla como se dice en el argot de las carreras de caballos. Y por cierto, ni falta que nos hace, pero puesto que se trata de una preferencia mundial rumbo a la privatización de los estudios de educación universitaria, o en todo caso, a la cooptación por las empresas de la educación llamada «superior», es bueno estar alertas y conscientes. 

Lo hago además porque hace un par de años participé en unas reuniones sobre Calidad Universitaria (dicho evento lo reseñé en un artículo que cito al pie[2]) y por lo que se ve, la cosa continúa su curso a pesar de los desastres que el capitalismo y los bancos que gobiernan el mundo están llevando a cabo con la vista puesta en la sobrevivencia exclusiva del capital. 

Llama la atención que la palabra «globalización» tan de moda no hace nada, no aparezca ni una sola vez en el documento de marras (aunque siete veces aparezca su prima hermana «internacionalización»), y no menos que insista en la necesidad de un desarrollo local, sustentable y sostenible palabras clave que sobreviven en la jerga de las empresas depredadoras del capitalismo global, y que buscan esconder el único interés de las empresas: la acumulación de capital por encima de los territorios y sus pueblos.

He aquí, punto por punto, una lectura a secas de la Carta:

1. De entre todas las tendencias a las que se refiere el documento, hay dos, marcadas: la «imparable internacionalización» y el «conocimiento al servicio del desarrollo y la cohesión social». Para lo que nos interesa, debemos definir a partir de la Carta, qué entienden los rectores y banqueros por internacionalización, que en el documento se expresa básicamente como EIC (Espacio Iberoamericano de Conocimiento); y qué por desarrollo y cohesión social.

2. Para la internacionalización obviamente se necesita «el reconocimiento y la transferencia de créditos; la comparación de la estructura de las enseñanzas y el reconocimiento de los títulos o la acreditación de las instituciones y estudios.» Se requiere además un «fuerte compromiso intergubernamental».

3. La Universidad adquiere así unos compromisos irrenunciables «si aspira a responder a las sensibilidades de su entorno y tiempo». El punto que sigue pendiente es qué se entiende por «entorno», aunque el tiempo como tal si va quedando más claro, pues lo definen las tendencias a la internacionalización y la creación de alianzas y los esfuerzos intergubernamentales.

4. La definición de entorno se aclara cuando refiere el impacto de la universidad iberoamericana en «su entorno institucional, económico y social más cercano, erigiéndose de esta suerte en el principal motor de progreso local en muchos casos. El papel de las universidades, en estrecha cooperación con los gobiernos, empresas y otras instituciones y agentes, resulta decisivo para la puesta en marcha de proyectos de desarrollo local que conecten fructíferamente la formación e investigación con las necesidades del entorno, al tiempo que establezcan mecanismos de engarce con el sistema productivo y faciliten el emprendimiento y la inserción laboral de los titulados». Nos resulta sumamente interesante el esfuerzo de este documento por trabajar en dos escalas bien distintas, porque el «entorno local» más cercano no ofrece los mismos problemas que la internacionalización. Surge pues, una obvia pregunta: ¿las empresas internacionales operarán en el entorno local en alianza I+D con las Universidades? Otra pregunta: ¿los «empleadores» son empresas del entorno, empresas nacionales que operan en los entornos universitarios, o empresas internacionales que operan en estos mismos entornos? ¿Son todos? ¿Cualquiera? Se requiere, insiste el documento, crear «instancias eficaces para la inserción laboral de los titulados universitarios». El punto es estudiar, pero para empresas de al menos cuatro tipos de entorno: 

a. Local-Local
b. Local-Nacional
c. Internacional (o trasnacional o de enclave)
d. Local-internacional 

¿Cuál de estas privilegia, aúpa, promociona, o le interesa a los redactores de la Carta Universia 2014?

5. Lo anterior se va aclarando cuando en la página 4 de la Carta, leemos: «Es una tarea de especial trascendencia ahora, cuando la visión sobre el entorno universitario global y la posición que cada universidad ocupa en él hoy está dominada por unos rankings que presentan sesgos y deficiencia y aparecen, en ocasiones indebidamente, como árbitros de la excelencia académica universal.» El «entorno» responde a una lectura rankeada según parámetros («sesgos») de «excelencia académica universal» producida en «agencias independientes», dotadas con «estándares internacionales, para lo que el documento llama «evaluaciones internacionales», de modo que nuevamente se debería aclarar qué es excelencia y qué califica como «universal», puesto que los entornos son especialmente expresiones locales, diversas y culturales, que no sin problemas que afectan precisamente al entorno (y sus relaciones propias, sociales y económicas), se pueden universalizar.

6. Hemos de suponer que La «ciencia de calidad» de la que habla el documento abarca los cuatro ámbitos ya mencionados: a. Local-Local; b. Local-Nacional; c. Internacional (o trasnacional); d. Local-internacional. Sólo así se puede garantizar captar las –distintas- demandas sociales, y «disponer de instancias eficaces para la inserción laboral de los titulados universitarios».

7. Es en las cuatro escalas mencionadas donde debemos ubicar la intención de fomentar «la movilidad de recursos humanos entre la universidad y la empresa», a lo que añadimos que la empresa es local con impacto local; local con impacto local y nacional, nacional o local-nacional con impacto internacional.

8. Todo lo anterior busca establecer un diálogo problematizador en torno a lo que en la Carta se llama «cultura de internacionalización». Hay una preocupación por la «movilidad» porque como dice el documento «las universidades más sólidas y con prestigio internacional se caracterizan por una alta concentración y atracción de talento», de ahí la necesidad de crear mecanismos más ágiles y transparentes de captación y asimilación de profesionales, por encima de trabas administrativas y burocráticas nacionales, no a tono con los tiempos. Se preocupa el documento además, por el traslado de estudiantes y profesionales de una universidad y su entorno, a otra con un entorno obviamente distinto. Estas diferencias son las que deben ser allanadas o aplanadas según programas, planes y estrategias que hagan a un lado lo que distancia privilegiando los aspectos comunes (universales, según los criterios del documento que estudiamos). Ello sin duda facilitaría la inversión de capitales en especial internacional y la aplicación de metodologías educativas basadas en la «ubicuidad de las tecnologías digitales».

9. Ahora bien, lo que sigue sin resolverse son los problemas que generan las cuatro escalas o ámbitos de acción Universidad-Entorno. Porque una cosa es la tendencia a la internacionalización y otra muy distinta, la localización. Ésta última puede perfectamente estar entre los objetivos estratégicos del desarrollo nacional más allá de los estándares, sesgos, evaluaciones y criterios de calidad internacional.

10. Tal vez el punto donde converjan estas preocupaciones, desde donde leo el documento, sea el sexto de las Propuestas de Actuación, que refiere la creación de «Programas de prácticas profesionales y de emprendimiento para estudiantes, a desarrollar por las universidades en colaboración con gobiernos, empresas e instituciones, dirigidos a promover la formación práctica, la capacidad emprendedora y la experiencia laboral, tanto en administraciones como en empresas, con particular énfasis en Pymes.»

En la República Bolivariana de Venezuela tratamos estas relaciones sin tantas preocupaciones con el capital internacional, los rankings demás evaluaciones internacionales. Hay intercambios con estudiantes del mundo, de Haití o Palestina, y creemos que la Universidad debe estar al servicio del desarrollo del Estado Comunal, única forma de fortalecer la Independencia y la Soberanía. Decimos por ejemplo: 

Desde la perspectiva de una nueva geometría del poder inspirada en los principios de inclusión, participación y soberanía, el modelo universitario socialista, consideró la premisa de aprovechar las potencialidades territoriales específicas, para identificar cuáles son las necesidades sociales y las capacidades humanas, institucionales y científico-tecnológicas existentes…[3]
Así pensamos, es esta nuestra dirección y empeño. La palabra «calidad» por cierto, en el documento citado sólo aparece una vez y precisamente para ser criticada, porque tal como la caracterizamos responde a «una cultura de la dominación sustentada en un imaginario colectivo de la exclusión y en suposiciones que pretenden preservar una supuesta calidad académica».



[2] Pequeña crónica de un viaje a Cuba. Universidad 2012, Feria del Libro y algunos detalles, en https://ensartaos.com.ve/pequena-cronica-de-un-viaje-a-cuba
[3] Sistematización de las Jornadas “La Universidad necesaria para la construcción del Socialismo” Realizadas los días 31 de agosto al 4 de septiembre de 2010: http://www.dimetel.uc.edu.ve/documentos/fmuc/forouniversitario/propuestas/JORNADAS_UNIVERSIDAD_NECESARIA.pdf

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