Comento este documento
porque traza la dirección que tienen las universidades diametralmente opuestas
a la Universidad Bolivariana de Venezuela, de la que formo parte y a la que me
debo. La Carta Universia 2014 fue suscrita por más de
mil rectores en una reunión efectuada a finales de julio de este año en Río de
Janeiro, o sea, ahorita. Por lo que leí asistieron por Venezuela cinco e
indagando un poco más me enteré que la UCV, la casa vencida por las sombras,
ocupa el puesto 29 en el ranking internacional, lugar que Universia reconoce y
por lo que el Banco Santander –supongo al menos potencialmente- arriesga financiamiento.
Por cierto, la deslustrada LUZ está en el rango 161-170.
La UBV claro está, no entra
en pantalla como se dice en el argot de las carreras de caballos. Y por cierto,
ni falta que nos hace, pero puesto que se trata de una preferencia mundial
rumbo a la privatización de los estudios de educación universitaria, o en todo
caso, a la cooptación por las empresas de la educación llamada «superior», es
bueno estar alertas y conscientes.
Lo hago además porque hace
un par de años participé en unas reuniones sobre Calidad Universitaria (dicho evento
lo reseñé en un artículo que cito al pie) y por lo que se ve, la
cosa continúa su curso a pesar de los desastres que el capitalismo y los bancos
que gobiernan el mundo están llevando a cabo con la vista puesta en la
sobrevivencia exclusiva del capital.
Llama la atención que la
palabra «globalización» tan de moda no hace nada, no aparezca ni una sola vez
en el documento de marras (aunque siete veces aparezca su prima hermana
«internacionalización»), y no menos que insista en la necesidad de un
desarrollo local, sustentable y sostenible palabras clave que sobreviven en la
jerga de las empresas depredadoras del capitalismo global, y que buscan
esconder el único interés de las empresas: la acumulación de capital por encima
de los territorios y sus pueblos.
He aquí, punto por punto,
una lectura a secas de la Carta:
1. De entre todas las
tendencias a las que se refiere el documento, hay dos, marcadas: la «imparable
internacionalización» y el «conocimiento al servicio del desarrollo y la
cohesión social». Para lo que nos interesa, debemos definir a partir de la
Carta, qué entienden los rectores y banqueros por internacionalización, que en
el documento se expresa básicamente como EIC (Espacio Iberoamericano de
Conocimiento); y qué por desarrollo y cohesión social.
2. Para la
internacionalización obviamente se necesita «el reconocimiento y la transferencia
de créditos; la comparación de la estructura de las enseñanzas y el reconocimiento
de los títulos o la acreditación de las instituciones y estudios.» Se requiere además un
«fuerte compromiso intergubernamental».
3. La Universidad
adquiere así unos compromisos
irrenunciables «si aspira a responder a las sensibilidades de su entorno y
tiempo». El punto que sigue pendiente es qué se entiende por «entorno», aunque
el tiempo como tal si va quedando más
claro, pues lo definen las tendencias a la internacionalización y la creación
de alianzas y los esfuerzos intergubernamentales.
4. La definición
de entorno se aclara cuando refiere el impacto
de la universidad iberoamericana en «su entorno institucional, económico y
social más cercano, erigiéndose de esta suerte en el principal motor
de progreso local en muchos casos. El papel de las universidades, en estrecha
cooperación con los gobiernos, empresas y otras instituciones y agentes,
resulta decisivo para la puesta en marcha de proyectos de desarrollo local que
conecten fructíferamente la formación e investigación con las necesidades del
entorno, al tiempo que establezcan mecanismos de engarce con el sistema
productivo y faciliten el emprendimiento y la inserción laboral de los titulados».
Nos resulta sumamente interesante el esfuerzo de este documento por trabajar en
dos escalas bien distintas, porque el «entorno local» más cercano no ofrece los mismos problemas que la
internacionalización. Surge pues, una obvia pregunta: ¿las empresas
internacionales operarán en el entorno local en alianza I+D con las
Universidades? Otra pregunta: ¿los «empleadores» son empresas del entorno,
empresas nacionales que operan en los entornos universitarios, o empresas
internacionales que operan en estos mismos entornos? ¿Son todos? ¿Cualquiera?
Se requiere, insiste el documento, crear «instancias eficaces para la inserción
laboral de los titulados universitarios». El punto es estudiar, pero para
empresas de al menos cuatro tipos de entorno:
a. Local-Local
b. Local-Nacional
c. Internacional (o trasnacional o
de enclave)
d. Local-internacional
¿Cuál
de estas privilegia, aúpa, promociona, o le interesa a los redactores de la
Carta Universia 2014?
5. Lo anterior se
va aclarando cuando en la página 4 de la Carta, leemos: «Es una tarea de
especial trascendencia ahora, cuando la visión sobre el entorno universitario
global y la posición que cada universidad ocupa en él hoy está dominada por
unos rankings que presentan sesgos y deficiencia y aparecen, en ocasiones
indebidamente, como árbitros de la excelencia académica universal.» El «entorno»
responde a una lectura rankeada según parámetros («sesgos») de «excelencia
académica universal» producida en «agencias independientes», dotadas con
«estándares internacionales, para lo que el documento llama «evaluaciones
internacionales», de modo que nuevamente se debería aclarar qué es excelencia y
qué califica como «universal», puesto que los entornos son especialmente
expresiones locales, diversas y culturales, que no sin problemas que afectan
precisamente al entorno (y sus relaciones propias, sociales y económicas), se
pueden universalizar.
6. Hemos de
suponer que La «ciencia de calidad» de la que habla el documento abarca los
cuatro ámbitos ya mencionados: a. Local-Local; b. Local-Nacional; c.
Internacional (o trasnacional); d. Local-internacional. Sólo así se puede
garantizar captar las –distintas- demandas sociales, y «disponer de instancias
eficaces para la inserción laboral de los titulados universitarios».
7. Es en las
cuatro escalas mencionadas donde debemos ubicar la intención de fomentar «la
movilidad de recursos humanos entre la universidad y la empresa», a lo que
añadimos que la empresa es local con impacto local; local con impacto local y
nacional, nacional o local-nacional con impacto internacional.
8. Todo lo
anterior busca establecer un diálogo problematizador en torno a lo que en la
Carta se llama «cultura de internacionalización». Hay una preocupación por la
«movilidad» porque como dice el documento «las universidades más sólidas y con
prestigio internacional se caracterizan por una alta concentración y atracción de talento», de ahí la
necesidad de crear mecanismos más ágiles y transparentes de captación y
asimilación de profesionales, por encima de trabas administrativas y
burocráticas nacionales, no a tono con
los tiempos. Se preocupa el documento además, por el traslado de
estudiantes y profesionales de una universidad y su entorno, a otra con un
entorno obviamente distinto. Estas diferencias
son las que deben ser allanadas o aplanadas
según programas, planes y estrategias que hagan a un lado lo que distancia
privilegiando los aspectos comunes (universales, según los criterios del
documento que estudiamos). Ello sin duda facilitaría la inversión de capitales
en especial internacional y la aplicación de metodologías educativas basadas en
la «ubicuidad de las tecnologías digitales».
9. Ahora bien, lo
que sigue sin resolverse son los problemas que generan las cuatro escalas o ámbitos
de acción Universidad-Entorno. Porque una cosa es la tendencia a la
internacionalización y otra muy distinta, la localización. Ésta última puede
perfectamente estar entre los objetivos estratégicos del desarrollo nacional
más allá de los estándares, sesgos, evaluaciones y criterios de calidad internacional.
10. Tal vez el
punto donde converjan estas preocupaciones, desde donde leo el documento, sea
el sexto de las Propuestas de Actuación, que refiere la creación de «Programas de prácticas profesionales y de
emprendimiento para estudiantes, a desarrollar por las
universidades en colaboración con gobiernos, empresas e instituciones, dirigidos a promover la formación
práctica, la capacidad emprendedora
y la experiencia laboral, tanto en administraciones como en empresas, con particular énfasis en
Pymes.»
En la República Bolivariana
de Venezuela tratamos estas relaciones sin tantas preocupaciones con el capital
internacional, los rankings demás evaluaciones internacionales. Hay
intercambios con estudiantes del mundo, de Haití o Palestina, y creemos que la
Universidad debe estar al servicio del desarrollo del Estado Comunal, única
forma de fortalecer la Independencia y la Soberanía. Decimos por ejemplo:
Desde la perspectiva de una
nueva geometría del poder inspirada en los principios de inclusión,
participación y soberanía, el modelo
universitario socialista, consideró la premisa de aprovechar las potencialidades
territoriales específicas, para identificar cuáles son las necesidades sociales
y las capacidades humanas, institucionales y científico-tecnológicas existentes…
Así pensamos, es esta
nuestra dirección y empeño. La palabra «calidad» por cierto, en el documento
citado sólo aparece una vez y precisamente para ser criticada, porque tal como la
caracterizamos responde a «una cultura de la dominación sustentada en un
imaginario colectivo de la exclusión y en suposiciones que pretenden preservar
una supuesta calidad académica».
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