José Javier León
joseleon1971@gmail.com
Esta
vez le tocó a Jesús Farías salir a dar la cara por el buró
económico de la Esquina de Carmelitas y no le fue nada bien.
Primero, porque estaba de visible mal humor y segundo, porque los
argumentos no se sostienen con gritos ni aspavientos, sino con datos.
Y él no apuntó ni uno. Por otro lado le intenta responder a
Pasqualina -como si ella sólo hubiera escrito un artículo y no unos
cuantos de manera sistemática, responsable, profesional y
preocupada, con una dedicación didáctica encomiable, amén de
libros sostenidos y densos- con un sólo artículo que busca sin
fortuna ser demoledor por la vía de caerle a martillazos a una
vitrina. Regularmente en las rabietas lo que hacemos es proyectar lo
que pretendemos señalar, es lo que hace Farías, sin darse cuenta,
cegado por el malhumor, contradiciéndose y negando lo que más
adelante afirma. Verdaderamente lamentable.
Por
ejemplo, cuando Farías le pone comillas a la palabra izquierda, algo
de sí mismo proyecta, de hecho entre derecha e "izquierda"
parece estar él y su especie, tal vez en un más allá del bien y el
mal propio de una una izquierda de verdad, ¿originaria, acaso?
Y cuando dice que
este pueblo no se deja engañar, ciertamente hoy está clamando no ser más engañado.
Jesús,
Pasqualina
no descalificó al gobierno, apuntó
directamente
a actores muy concretos que se encuentran localizados en un punto
crucial: la tal
esquina. El
gobierno es una cosa en abstracto, los que mueven los hilos de la
economía en alianza y conchupancia muchas
veces con
el medio millón de burgueses
contra 8
millones y más de trabajadores, es otra cosa, muy concreta.
¿Te acuerdas de Castro Soteldo abrazando a su aliado El Tornillo de
El Tunal?
Dice
Farías que "el gobierno no es monetarista" y
que
expande la inversión social en medio de una espantosa contracción
del ingreso consolidando
la presencia estatal en todos los ámbitos de la nación".
La realidad es que tal expansión no llega a todos los que la
necesitan, ni en calidad ni en cantidad. No hay presencia estatal en
todos los ámbitos de la nación y decir lo contrario es demagógico
y niega
los efectos reales de la guerra sobre los trabajadores y las
trabajadoras y en particular sobre los pensionados y pensionadas, la
base social del gobierno, es decir, sostener
esa ilusión arriesga
la revolución sobre una
base fantasmal
que sólo
se puede sostener sin rubor frente a cámaras de televisión. Hay que
tener otra cualidad comunicacional para decir la verdad aunque duela, sin
embargo
sólo se puede decir y
asumir cuando
se está haciendo algo real
y concreto
-con
imaginación, audacia y convicción- por
transformar la
difícil
realidad.
"De
tal manera que el calificativo monetarista es un verdadero
disparate",
dice Farías proyectando una actitud que no está en los artículos
sosegados y didácticos de Pacualina, lo feroz y absurdo lo está
proyectando el propio Farías.
Dice
que el impuesto, el IVA "Efectivamente"
lo pagan sin diferencia los que más tienen y los más pobres.
Falso Farías, hay diferencias y descomunales. Los pobres y los ricos
no pueden pagar sin diferencias los impuestos, el rico si paga apenas
le duele, el pobre sencillamente, no puede. El rico si paga lo hace
llorando para que se lo reduzcan o lo eximan, el pobre frente a la
caja registradora no puede ni evitar ni eludir,
es más muchas veces se va sin poder pagar ni consumir, claro está.
Por
cierto, meter en los impedimentos para cobrar impuestos la
actual
pandemia, es de una miopía extravagante, sobre todo si se considera
lo coyuntural de la COVID-19 y lo estructural del problema económico.
Además, si hoy no se le cobra impuestos a la burguesía tan golpeada
por la pandemia, por qué no se ha eliminado el cobro del IVA al
pueblo siendo tan golpeado por la pandemia capitalista? Será porque
como dice Farías, esos recursos se necesitan y no se puede saltar al
vacío...?
Pero
Farías confirma lo dicho por Curcio, después de haberle dicho
disparatera: "No
podemos renunciar de un ingreso imprescindible sin tener alternativas
seguras. La construcción de un nuevo modelo social no admite
aventuras ni saltos al vacío".
O sea, lo que se le saca a los pobres sostiene al actual modelo y
cambiar esta situación es un "salto al vacío". ¡Qué
tal!
Dice
Farías: "Como
es de todos sabido, la inversión social en la estructura del
presupuesto nacional ha beneficiado a los trabajadores y al pueblo en
general en más de un 70%".
Lo que no
dice o no ve o no reconoce es que esa inversión no es hoy del 70% al
menos en términos reales, la inversión se ha reducido y ha quedado
a la vista en desinversión, abandono y desidia. ¿A qué se deben
los planes una y otra vez repetidos de recuperar las instalaciones de
salud o la infraestructura de las ciudades? ¿No será Jesús, que
hubo desinversión? Y es natural que exista Jesús, por el bloqueo y
la asfixia a la que tú mismo haces referencia, lo cual lógicamente
impide decir que existe tal inversión del 70%, a menos que lo digas
para intentar tapar los argumentos de Pasqualina con algo más que
diciéndole -y
proyectándote en el insulto- que
disparatea. Por que como tú muy bien dices: "La
gigantesca obra social de la revolución bolivariana se financió con
los ingresos petroleros y con los diferentes impuestos no petroleros,
incluyendo el IVA".
Exacto
Farías, no
pudiste ni puedes decir se financia.
Por
otra parte, frente a la groseras ganancias no es reproche lo que
siente el pueblo cuando el estado paga la nómina de la empresa
privada: es casi desilución. Eso tuvo justificacióón en algún
momento, como dijo el presidente Maduro, para quitarle excusas a la
burguesía a la hora de pagar los sueldos de sus empleados. Cuando
decían, hipócritamente, que tras la reconversión
no iban a poder "pagar la nómina". En ese momento, el
estado intentó
-ilusamente-
quitarles la excusa, sin embargo estuvo y está visto que en el
interés del sector privado no está corregir las desigualdades ni
las inequidades, sino aumentarlas porque ello supone mayores
riquezas y
beneficios políticos, porque con la desestabilización y la "crisis
económica inducida" pretende ganar votos.
Y aquella vez, en pocos días, los precios ya
habían
saltado exponencialmente destrozando el increíble
aumento,
riéndose de la ingenuidad del gobierno y de
su medida
compensatoria y muy humana
de
cubrir la nómina
privada.
Dice,
Jesús, que "Un
gobierno socialista siempre va a emplear los recursos para el pueblo,
ese es el sentido clasista del ejercicio del poder."
Pero eso, que es lo que debe ocurrir, no es lo que está ocurriendo,
y no porque el gobierno sea de derecha,
sino porque los que están tomando las decisiones económicas lo
están haciendo beneficiando ¿a conciencia? a la burguesía ¿por
chantaje y presión? o... porque le temen al vacío, ese horrible
vacío al que hace rato saltó buena parte del pueblo que ya no puede
vivir de su trabajo.
Jesús
Farías dice que Curcio no habla del ataque del imperio, pero
eso es falso. En
cambio, de lo que no habla Farías,
es de las ganancias de la burguesía: ¿será
que es un tema tabú?
En
efecto, Pasqualina habla una y otra vez del ataque del imperio: "la
realidad es que estamos en medio de una hiperinflación inducida
-dice- cuya causa
no es la ambición de un capitalista que caprichosamente fija un
precio arbitrario (claro que también los hay quienes se aprovechan
más de la cuenta) sino un ataque desmedido a nuestra moneda en el
marco de una guerra sin cuartel que nos declaró el imperialismo
estadounidense."
Por
otro lado, no habla de aumentar salarios o fijar precios solamente,
sino de "revisar y revertir la perversidad del sistema no solo
de fijación de precios y salarios en Venezuela, sino también de
ganancias, de hacerlo menos injusto, menos explotador."
¿Es
que alguien puede afirmar
desde la
precitada esquina, que ha
sido exitosa la fijación de precios? ¿De qué tamaño tiene que ser
ese NO rotundo? ¿Es falso que esa "estrategia" sólo le ha
dado beneficios -"o sosiego
como dice Curcio"- a la burguesía?
Pasqualina, en uno
de sus artículos, revela el grado de explotación que sufrimos los
trabajadores y trabajadoras del país. "De acuerdo con los datos
que publica anualmente el BCV en las cuentas consolidadas, el grado
de explotación en Venezuela el 2017 fue 268%. Por cada bolívar que
se destinó a los Salarios 2,68, casi 3 veces más, se destinaron a
la Ganancia. Ese año, y aunque es el obrero quien con su fuerza de
trabajo agrega valor a la economía, solo el 18,3% fue a parar a los
bolsillos de todos los asalariados, mientras que el 49,1% se lo
embolsó el grupo de burgueses. ero hay un pequeño detalle en estos
números, y es que mientras los asalariados éramos 8.184.320, los
burgueses eran tan solo 434.253, en otras palabras ese bolívar
destinado a los salarios se debió distribuir entre más de 8
millones de trabajadores mientras que los 2,68 que se
destinaron a los burgueses se distribuyó tan solo entre no más de
medio millón de capitalistas. Cuando ajustamos ese minúsculo, más
no insignificante detalle para calcular la explotación de cada
trabajador, obtenemos que por cada bolívar que le correspondió a
cada asalariado, el burgués se embolsó 30 bolívares. Así que,
realmente la cuota de explotación del trabajador en Venezuela fue,
en promedio, 3026% durante el 2017."
Pero lo doloroso,
Jesús, es que no sólo existe esa realidad en los números, existió
y existe en la calle.
Y he aquí, desde mi
humilde perspectiva, el quid del asunto de la propuesta planteada por
Pasqualina: "El objetivo es que, cada vez que aumente la
Ganancia ya sea porque aumentó la productividad del trabajador o
porque incrementaron los precios de las mercancías, la cuota de
explotación en cada entidad de trabajo y en la economía en su
conjunto no exceda el 100% impidiendo de esta manera que el
capitalista se apropie de la mayor productividad del trabajador o se
aproveche del incremento, inducido o no, de los precios".
Sin
embargo,
donde Jesús Farías pone la cereza es cuando dice: "el
bloqueo ha colapsado los ingresos requeridos para el aumento salarial
que se merecen los trabajadores".
Quiere decir que: cuando cese el bloqueo habrá un justo aumento
salarial. Preguntamos
entonces
con inocencia conmovedora:
¿el
bloqueo cesará? En
otras palabras: ¿el equipo económico va a esperar que cese el bloqueo para evitar el enriquecimiento escandaloso y grosero de la
burguesía y lograr salarios justos para los trabajadore?
Además,
como dice Pasqualina, si no hay dinero, ¿por qué tiene tanto la
burguesía? ¿De dónde salió y de dónde sale ese dinero?
¿O no tiene, Jesús?
Si
Farías
sufre de proyección, donde peor se refleja es en el punto 5
de su artículo.
"Finalmente,
la recuperación definitiva del salario de los trabajadores públicos
no será el resultado de los delirios, sino de una estrategia
integral, que apunte a un conjunto de variables, entre las cuales
destacan: la reanimación productiva, la estabilidad de precios, la
recuperación petrolera, la productividad, la inversión privada y
pública, el financiamiento interno y externo, entre muchos otros."
Ese
conjunto de variables, Farías, que hacen parte de tu "estrategia
integral" es en verdad delirante si es que estás contando con
la burguesía y
los EEUU para
hacerla realidad. ¿De verdad crees sin delirar que la burguesía
tiene ganas de estabilizar los precios? ¿De verdad crees sin delirio
que habrá recuperación petrolera cuando toda "nuestra"
industria fue levantada por la tecnología norteamericana que no
cejará ni abandonará el bloqueo, o si este milagro ocurriese
crees que el pueblo puede esperar
ese milagro geopolítico?
Por otro lado, ¿de verdad crees que habrá en el marco del gobierno
socialista inversión
privada...? Hermano, usted delira.
Y
en tu delirio no ves la grosera desigualdad, la obscena inequidad y
atribuyes las dificultades del pueblo a la caída del ingreso
nacional. Te invito Farías a recorrer con el pueblo de la mano, la
realidad de los bodegones, esos malditos Bachaco's Market
como los bauticé en un ya lejano 2016. Sí Farias, "El
que desconozca esta realidad, estará divagando en ilusiones".
Decía
yo entonces: "Un
fruto pues, de la guerra económica, ha sido la colombianización de
nuestro mercado doméstico. Con bolívares ahora acostumbrados a
pagar dólares inflados, adquirimos productos colombianos –que
reemplazan a los “nuestros”- pero con dólares mucho más caros.
Perdemos nosotros muchísimo, ganan ellos muchísimo. Otra vez muere
Bolívar desterrado; otra vez matan a(l) Sucre. Otra vez, amoneda la
traición Santander con cuño extranjero.
Ganar
ganar, dicen las
autoridades regionales. ¡No Joda! Si seguimos ganando así, pronto
“ganará” toda Venezuela. Preveo una silenciosa pero vistosa
invasión de Bachaco’s Market en Barquisimeto, Valencia, avanzando
a ritmo de vallenato a la verdadera y definitiva toma de Caracas".
¿Deliro?
2 Comentarios
Los datos aportados por Curcio son demoledores de la realidad virtual en que viven los responsables de diseñar e implementar las medidas económicas. Ven a Venezuela desde Miraflores.
ResponderEliminarSí lo son, y mal podía Jesús Farías perder los estribos. Pero lo peligroso no es eso, sino que por la manera de reaccionar a la verdad se puede medir la intención que tiene el equipo de las Carmelitas de cambiar, en todo caso, de hacer algo distinto que esperar a los gringos nos desbloqueen o que a los empresarios les duela la patria.
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