Estos apuntes los leí en un conversatorio sociopolítico en el que participé al lado del politólogo Dr. Juan Romero, el mismo tuvo lugar en el Hospital Coromoto el pasado 9 de mayo. La actividad fue organizada por el camarada y amigo Kenninson Molero.
1. Con la convocatoria a Constituyente el presidente Nicolás Maduro puso en la agenda nacional otro discurso, un discurso poderoso que arrastra toda la discursividad hacia el terreno del chavismo, con ello busca trascender lo electoral que estaba siendo reducido al marco burgués (marketing, populismo y estafa) y a una suerte de “chantaje (de lo) electoral”, a lo electoral en el marco de la revolución.
2. Se trata de forzar al terreno de la política a actores negados estructuralmente a hacer política, porque, como la entiendo, la política es una actividad estrictamente anti-capitalista y por ende y, sobre todo, anti-neoliberal. La política se funda en el reconocimiento del otro y el capitalismo es su negación.
3. Por otro lado, no es que no tengamos problemas y que la corrupción y lo mal hecho no exista, pero lo que intenta la campaña de desprestigio contra la Revolución es que desistamos de la idea de lo político, que renunciemos visto que no hay caso, y, por tanto, que le entreguemos todo, que lo dejemos todo botado, que el capital y su mano lo recogerán y lo administrarán sobre la base falsa de que lo privado es mejor. Desprestigiar lo político y lo público, magnificar los errores, para que cunda entre nosotros el desencanto, y por dentro nos digamos que es imposible, que no vale la pena. Desmoralizar.
4. Les molesta, además, que la renta sea utilizada para corregir las desigualdades. A ellos en verdad les molestaba que los pobres viajaran y comieran tres veces al día con sus meriendas. Por eso pervirtieron el sistema de justicia social y la minaron con la peste capitalista del bachaqueo. Lo cual es relativamente fácil pues las pulsiones internas del capitalismo apuntan a la bestialidad, a imponer los antivalores como norma de la sociedad. El capitalismo crea sociedades a-sociales, en las que reinan los anti-sociales.
Nuestra victoria es la paz
5. Nuestra victoria es la paz. En ese sentido, las fuerzas de la oposición, más bien de la derecha nacional e internacional, necesitan que las instituciones se fracturen y en especial, el ejército. A ello apostarán todo.
6. Debemos imponer la paz a costa de lo que sea, porque la violencia sólo beneficia a las fuerzas del capital porque un país en caos es incapaz de defender sus recursos y por supuesto de trabajar con visión de crecimiento y desarrollo.
7. En su irresponsabilidad, apuestan a la ingobernabilidad, que es el escenario predilecto para el marco de operaciones terroristas de EEUU.
8. En dicho marco, puede suceder todo tipo de desmanes en completa impunidad, más o menos como ocurre en los países donde el capital campea.
9. La violencia es la agenda de la derecha por varias razones: impide o coarta el pensamiento, el razonamiento. Si no se piensa y sopesa, el capitalismo instala a sus anchas y sin cortapisas sus mecanismos de reproducción del capital. No pensar borra los escrúpulos, los pruritos, los sentimientos. El capitalismo animaliza o mejor, bestializa. La violencia es su ámbito o atmósfera predilecta o ideal.
10. En sociedades tan terriblemente desiguales como las nuestras, la violencia es la norma de la derecha, sea violencia explícita (rayana en el fascismo) y/o violencia simbólica (por ejemplo, expresada en todas las versiones del racismo)
Qué aporta la Constituyente
11. La Constituyente permitirá la visibilización de más amplios sectores, de los invisibles o, en buena parte, de los que no participaron y no tenían cómo participar en la del 99.
12. La Constituyente es el espacio para el diálogo de la diversidad, de los sectores que no operan por y para el capital. Es un espacio democrático por definición.
13. Permitirá la confrontación de dos modelos de país, pero la verdad, el modelo capitalista es impresentable. Además, donde no cabe el marketing se necesitan ideas.
La oposición a la Constituyente
14. La sinrazón se apoya o busca subterfugios leguleyos para enturbiar la discusión esencial. Se apega a la letra (y en muchos casos, se va a la letra tergiversándola, interpretando convenientemente o simplemente leyendo incompleto) en detrimento de la razón y la justicia. En detrimento de la verdad.
15. A la oposición no le interesa entrar en razón. Lo razonable supone no sólo salud mental sino bienestar corporal y de lo que se trata es el “alterar la normalidad”, como confesó el “diputado” Guevara, uno de los voceros más visibles de la actual arremetida fascista.
16. Pero es obvio que se oponga, pues la Constituyente es la expresión más alta de la política y ellos son estructuralmente la anti-política. Lo son en la medida en que niegan al otro. O sea, a nosotros. El chavismo para ellos es un paréntesis que hay que exterminar, que hay que borrar como si no hubiera existido, somos un error en el curso de la historia.
17. Sólo que somos un error histórico, más bien una corriente histórica que hoy, como hace 200 años, vuelve a expresarse.
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