José
Javier León
Y es de extrañar porque de Sousa Santos tiene ya largo
rato escribiendo sobre movimientos populares (hace poco le dirigió una carta a
los mexicanos y mexicanas víctimas de la violencia narco-estatal) y en varias
oportunidades se ha referido a las situaciones que se han venido sucediendo en
nuestro país desde la llegada al poder de Hugo Chávez. Pero, en la entrevista
que da a José Carlos Díaz yerra de tal manera que vale la pena aclararle
algunos puntos y de paso, intentar comprender por qué ocurren estas cosas en este contexto en particular.
Escribo además, porque algo le he leído y mucho lo he
citado, y no pocas veces me acompaña en esto de estudiar el proceso
bolivariano, de modo que escribo, lo confieso, un tanto decepcionado.
El punto es que de Sousa afirma que Venezuela vive
una «democracia de baja intensidad», lo que me hace inferir que tiene rato sin
ver de cerca lo que aquí pasa. Sólo el movimiento de comuneros y comuneras lo
desmentiría de plano pero, para no ponérsela tan difícil, debería ojear tan
solo el sitio de la Asamblea Nacional o entrar en el debate de las actuales
Leyes Habilitantes e incluso, meterle el diente y buscar si en algún otro país se
están dictando leyes como éstas al calor de un día a día en franca
confrontación contra el capital y sus modos de acumulación. El señor de Sousa
me temo no encontrará nada parecido en ninguna parte, a menos que dirija su
vista a Ecuador o a Bolivia, supongo. Y eso por no abundar en las más recientes
elecciones organizadas por el PSUV para elegir a los líderes y lideresas
populares de base. Eso sí es verdad que ni lo sospecha el señor Boaventura.
Necesario es decir que el filósofo portugués no sabe
lo que aquí está ocurriendo. Y lo grave, lo verdaderamente grave es que cae,
cayó pues, como un inocente o desinformado más, en el juego del periodista
superficial y manipulador que lo inquiere en el contexto mediático de un caso
que ha ganado prensa internacional, sólo para hacer comparsa en la campaña que
busca dañar la imagen de Venezuela acusada sin fundamento alguno de perseguir y
encarcelar a la «oposición».
Leopoldo López, para nombrar al interfecto que el
periodista de marras asoma en la punta de su lengua, no es un político sino un
terrorista y está preso porque sobre él pesaban serias sospechas de que un
sector de ultraderecha era capaz de eliminarlo sólo para dar pie a un cruento y
acaso decisivo proceso de desestabilización, con la activación definitiva de
acciones paramilitares de gran envergadura. La entrega del vocero principal de
la violencia callejera dejó un tanto sin dirección la «guarimba» (¿le sonará
esta palabra a de Sousa o al «periodista»?) la cual sin embargo se extendió por
casi tres meses dejando tras de sí más de 40 muertos y cientos de heridos.
De modo que lo menos que podía suceder en países
como el nuestro donde el poder judicial es todavía tan endeble, producto de la
desigualdad histórica que protege al capital y criminaliza al pobre, es que uno
de los jefes del terrorismo local con evidentes conexiones internacionales y
sobre todo sionistas, esté preso, acción ésta encaminada a lograr estadios de
paz en medio de una terrible guerra económica contra el pueblo humilde y
trabajador.
Así pues el señor de Sousa cae en el juego
interesado del periodista que repite la monserga de que el gobierno de Maduro
persigue y encarcela a los políticos de oposición, siendo que ni son políticos
ni están presos por tales, sino por cometer graves delitos.
La otra tontería que comete el filósofo es afirmar
que Maduro no tiene carisma. Yo sinceramente no entiendo a los «marxistas» en
especial cuando andan buscando un papá que los guíe y aconseje. Menos mal que
el pueblo venezolano que acompaña a Maduro no es marxista así como lo son
estos, y haciendo caso omiso a los «profesionales de la inteligencia» le hizo
caso a Chávez y eligió acompañar a Maduro sabiendo, reconociendo, entendiendo
que, obviamente, Maduro no es Chávez, pero eso sí, calzó con humildad desde la
Presidencia heredada, los zapatos de la revolución bolivariana y ha logrado con
fortaleza y sabiduría extraordinarias, evitar una confrontación que diseñada y preparada
estaba para arrastrarnos a un escenario como el vivido en Ucrania o Libia. Nos
querían llevar a una pelea de perros, y eso, señor de Sousa lo evitó Maduro, no
sé si con carisma o no, pero con valentía, firmeza y fina inteligencia sí, sin
lugar a dudas.
La obstinación, la rabia, la inquina, la «arrechera»
de la oposición nacional e internacional, las amenazas y las sanciones por
parte del imperio, la obsesión de los sectores declaradamente golpistas del
cual el señor Leopoldo es uno de sus más insignes representantes (¿leería la
carta que publicó hace unos días donde no reconoce ninguna institución y desde
la cárcel llama a un Golpe de Estado?, estoy seguro que no…) son una respuesta
a la firmeza y a la capacidad de gobernar este país que tiene el presidente
Maduro, haciendo honor a la etimología de su nombre: Nicolás, la victoria del pueblo.
De modo señor Boaventura de Sousa Santos, usted, que
ha mirado siempre desde tan alto ahora mirando desde tan lejos se peló. Y ello
es lamentable porque mucho ha aportado a la filosofía de la liberación… pero
bueno, al mejor cazador se le escapa la liebre sobre todo si espera cazarla
arrellanado en un sillón de temblorosas categorías en vías de abstracción.
Y si no puede sortear con inteligencia las preguntas
a quemarropa de periodistas de medio pelo, correrá el riesgo de echar por la
borda años de serena meditación sólo para satisfacer la sed de primicias de
agencias empecinadas en atacar a Maduro por todos los frentes. Esta vez le tocó
a usted, triste por usted, abonar al descrédito desde la iglesia de un
pensamiento decolonial y antisistema que, anquilosado, ya no puede ver lo que
está sucediendo al calor de nuestras calles y comunidades.
Le doy una mala nueva, señor Boaventura: usted fue
utilizado para desde su posición de gurú altermundialista restarle méritos al
Mundo Posible que Maduro está construyendo a la cabeza de un pueblo asediado
por un capitalismo voraz y criminal.
Valió la entrevista en fin, para saber de qué va, señor
de Sousa, por dónde va y en especial, dónde se quedó.
0 Comentarios