Esto que se llama aquí “oposición” es acaso la peor expresión
que conozcamos de las organizaciones, grupos de poder, partidos que deben
servir de contrafuerte a las acciones de Gobierno. No obstante así debió ser la
“oposición” en Libia y así es la de Siria, amantes del terrorismo aunque los
medios los tilden de “moderados”. La oposición de aquí (quitémosle ya las
comillas) sin duda responde a los mismos intereses de la oposición en otros
países que EEUU, la OTAN y el Sionismo han buscado despedazar para imponer su
hegemonía.
Sabiendo ello, debemos decir algo más: el grado de irresponsabilidad
de la tal oposición es mayúsculo. Si se les pregunta qué se traen entre manos,
responden con evasivas o planteamientos aéreos, que no llegan ni a buenos
deseos. Su plan real es inconfesable: la aplicación sin cortapisas de las
recetas del FMI y la instalación plena (en la dirección del Estado) del des-Gobierno de las
trasnacionales.
Hasta hace poco sólo asomaban entre dientes y bajo tortura algo
de ese "plan", pero hoy están un poco más relajados –y algunos hasta se desbocan
sin prurito- porque hasta “chavistas” recomiendan parte de la receta, por
ejemplo, liberar el dólar.
Sin un verdadero plan de gobierno sino a expensas de que ocurra cualquier
cosa para ceder su (i)responsabilidad a sus mandamases, la oposición hace y
deshace persiguiendo su único sueño húmedo: que el Estado se desplome, que pierda la
compostura y justificar una intervención extranjera, la cual han pedido de vida
voz cada vez que les viene en gana.
Los amos del capital financian cualquier cosa que contribuya
al desmadre porque están hambrientos de caos. Tienen por cierto
algo de práctica en eso y al menos a las trasnacionales no les ha ido nada mal, a
pesar de que sus gobiernos y Estados (y por supuesto, sus pueblos) se vayan
descomponiendo, desintegrando. Al capital no le interesan los países, ni
siquiera donde asientan sus reales. Les basta –hoy- la creación de islas de consumo y confort mientras
la población como tal es considerada chatarra sobrante. Grandes grupos humanos son desecho y así tal cual son tratados. Inmigrantes y desahuciados, por
ejemplo.
La oposición nuestra hace pues todo lo que está a su alcance
para desmadrar la paz del país. Así va a elecciones, así “produce”, así dirige
sus “empresas”, así especula, persiguiendo sacar de quicio a la población deseando
se instale en la sociedad una pelea de perros. La oposición de verdad perdería
toda la paciencia si las colas bachaqueras desaparecieran, si los circuitos de
distribución se vieran obligados a corregirse y haría lo que sea por inventar
cualquier excusa para movilizar a los más disociados a la violencia callejera.
Lo que sea, con tal de enrarecer el clima político máxime con elecciones en ciernes.
La oposición debe dar la imagen a sus jefes de que nada en
ellos tiene atisbo de seriedad o responsabilidad, por eso se baten en demostrar
cuál es el más imbécil, el más dócil, el que mejor se arrastra. Saben que si se
les ocurre pensar por cuenta propia –y con algo de sindéresis- darían la mala
señal de que pretenden “hacer política”, algo que peligrosamente puede pasar
por chavista o por pacto o acuerdo de gobernabilidad, y de lo que se trata es que
reine el caos, la desconfianza, la incordia absoluta.
Por todo lo anterior, es iluso esperar un gesto positivo de
esta oposición y de las fuerzas (anti)sociales y “económicas” que expresa sus
intereses.
Nos toca enfrentarnos a esa descomposición criminal haciendo
política, ayudando a construir una economía sana y diversificada, restituyendo
tejidos sociales desbaratados por la inquina del capital.
Y en medio de esta batalla bestial contra mil demonios desatados, ¡¡¡ganar elecciones!!!
Y todavía hay "críticos de izquierda" rezongando, hablando bolserías, como si estuvieran convencidos -¿buscando incautos o justificando su paga ($)?-, de que un gobierno sin chavismo pudiera tener algún futuro sin que se desate una tropelía atroz contra todo animal racional que se mueva.
Total, ellos seguirán en sus cafés hablando de la revolución que vendrá como esperan los judíos que llegue el Mesías... para matarlo de nuevo de ser necesario, es decir, si se le ocurre llegar.
0 Comentarios