Ponencia para el CONIECOM
Resumen
Las universidades tradicionales
no están diseñadas para participar en la construcción de una economía soberana
y autónoma alternativa al capitalismo. La UBV es una de las llamadas a jugar
ese papel por lo que debe buscar estrategias enmarcadas en una economía en
transición al socialismo que trascienda definitivamente la dependencia del
rentismo-petrolero. ¿Cómo ha de participar la UBV en este desarrollo?
Respondemos: creando formas de organización socioproductiva alternativas al
paradigmas económico dominante. En tal sentido, no podemos esperar el egreso de
nuestros estudiantes porque una vez éste ocurra los vínculos que antes nos/los
unían se disuelven y el grupo se desintegra no importa cuán unido haya estado
en el pregrado. Los nuevos profesionales quedan abandonados a su suerte
saturando convenientemente el “mercado laboral” con un número creciente de
desempleados, social y económicamente segregados y todos naturalmente
frustrados. En ese sentido consideramos
que la estrategia de conformar EPS o cualquier otro tipo de asociación
productiva debe ser transversal a la formación universitaria. En la
resolución 1282 publicada en Gaceta el 27 de julio de 2011 leemos: “Las
instituciones de educación universitaria deben contribuir al desarrollo del
protagonismo socioproductivo”. Y más adelante, reafirma: “La transformación
universitaria pasa por el estímulo y
apoyo al desarrollo del sistema socioproductivo de las y los estudiantes,
de modo progresivo y diferencial, así
como de la multiplicación del número de proyectos productivos universitarios”.
Introducción
Cierta costumbre compuesta de
racismo, clasismo, necesidad de ascenso y reconocimiento social, amén de
residuos de una época en la que estudiar era garantía de “salir de abajo”
manifiesta que, la universitaria es una etapa preparatoria sine qua non para el
desarrollo de la vida profesional, la cual se activa cuando el estudiante
egresa y entra al “mercado laboral”. La realidad sin embargo es más o menos la
siguiente: a) el mercado laboral se encuentra saturado; b) las oportunidades de
trabajo en su entorno inmediato (en su
ciudad e incluso en su país) son limitadas o a veces nulas; c) la formación
universitaria está desfasada de la realidad laboral; d) de conseguirse una
ubicación, difícilmente sea en el área de su competencia, de modo que amerita
cursos de entrenamiento y períodos de prueba; e) de ser en su área, debe
rápidamente actualizar sus habilidades y destrezas en cursos in sito de corta
duración, aunque de todos modos como se lo recuerdan todos los que ya han
pasado por ahí, lo esencial del oficio lo aprenderá en el campo como tal.
Este análisis sumario nos recuerda
el divorcio que existe entre la Universidad y la Sociedad y la separación la sufren
nuestros estudiantes, los cuales rápidamente comprenden que no tiene mucho
sentido estudiar cuando el trabajo o el ganarse la vida no dependen de ello.
Este
análisis hace parte de una preocupación global, atiéndase al respecto lo dicho
en el Informe UNESCO 2015 sobre el tema:
Replantear la Educación. ¿Hacia un bien
común mundial?:
Crece
la decepción en algunos segmentos de la sociedad y en algunos países ante la
ineficacia de la educación como vehículo para alcanzar una movilidad social
ascendente y un mayor bienestar. La esperanza de movilidad social ascendente,
alimentada por la ampliación masiva del acceso a las oportunidades de
educación, se viene extinguiendo desde el decenio de 1990, no solo en muchos
países del Sur, sino también del Norte. Los jóvenes están empezando a dudar del
‘rédito de la inversión’ de las trayectorias educativas tradicionalmente
‘prestigiosas’ (UNESCO, 2015:63)
Saber y Trabajo
“Los hombres no viven en sociedades para decirse que tienen
necesidades sino para consultarse sobre los medios de satisfacer sus deseos,
porque no satisfacerlos es padecer”.
Simón Rodríguez
La situación anteriormente
descrita debe alertar a los docentes y por ende a la institución, la cual
depende para su existencia de estudiantes y, no sólo ello, sino de estudiantes
que sientan que la mejor opción frente a la incertidumbre del “mercado laboral”
es la formación universitaria –y precisamente en esa universidad y no en otra-,
y que el tiempo y esfuerzo que le dedicarán se retribuirá en un trabajo que
ameritará de su habilidad, de su destreza, de sus conocimientos.
Para lograr esto se precisa
varias cosas:
1. Unir
de manera estratégica el Saber y el Trabajo. Es decir, que lo que se aprende
tiene utilidad y sentido práctico, y que el trabajo a su vez, es creador.
2. Que
las mallas curriculares respondan a las exigencias del momento histórico.
3. Que
se actúe –en nuestro caso- de acuerdo al Plan de la Patria y a las líneas y
directrices del Plan Nacional de Ciencia y Tecnología.
Estos tres puntos exigen algo
esencial: que la Universidad sea flexible, que reflexione continuamente sobre
su ser y hacer, que esté atenta a la realidad así como estudia el pasado y se
proyecta al futuro, con entusiasmo y esperanza.
¿Qué nos toca? ¿Cuál es nuestro desafío?
Construir una Universidad en la
que los estudiantes puedan formarse para una economía productiva, es decir, que
sean “productores”. En el caso del PFG Comunicación Social, nuestros
estudiantes deben aprender a producir lo que es el objeto de su profesión, es
decir: comunicación.
Pero la comunicación es, en
términos materiales, invisible, por tanto necesita apoyarse en plataformas y formatos.
Así es que los estudiantes deben aprender a producir instrumentos y plataformas
comunicacionales, esto es, medios. Y
crear medios supone una materialidad que amerita la ocupación de TIEMPO y
ESPACIO específicos. Y estos elementos –tiempo y espacio- deben ser
conquistados a sus dueños tradicionales, la oligarquía, las burguesías y sus
operadores económicos y políticos.
Me explico: Un medio de
comunicación supone para materializarse la conjunción de esas dos coordenadas,
como lo supone todo cuanto existe en la realidad. Un medio es, por ejemplo, un
periódico, una biblioteca, una editorial, o bien, una productora audiovisual,
ubicados en comunidades, comunas, casas comunales, fábricas, empresas,
escuelas, hospitales, oficinas, etc. Vale decir, dichos medios ameritan un
espacio (o territorio), un contexto y unas relaciones. No está de más recordar
que todos estos requerimientos son sociales y políticos, amén de culturales y
claro está, económicos.
Dicho esto, la formación de
nuestros estudiantes debe encaminarse hacia la construcción de medios de
comunicación en contextos donde se dan determinadas y específicas relaciones.
Esto sin duda complejiza la educación, pues introduce variables que han estado
históricamente ajenas al salón de clases, sus pupitres y pizarrón. Ajenas
también a la organización administrativo-burocrática.
Acatar el espíritu y la letra de la Resolución Nº 1282
“El sistema universitario anhelado en las gacetas oficiales,
es uno altamente interactuante con los escenarios actuales y el desarrollo de
unos nuevos, distintos, construidos entre sus actores: comunidades organizadas
e instituciones del estado incluyendo las universitarias, bajo el marco de las
transformaciones evidentes del estado y la sociedad Venezolana y con un plan,
el Simón Bolívar”.
Omar Tremont Hernández
La estrategia que vislumbramos
como alternativa está ya delineada en la Resolución Nº 1282 del 27 de julio de
2011
,
la cual entre otras cosas plantea que: “Las instituciones de educación
universitaria deben priorizar el interés del trabajo liberador por encima del
interés por el capital, favoreciendo la elaboración de estrategias que apoyen
la vinculación universidad-producción-innovación, a través de la organización,
creación y generación de conocimientos y la formación y educación del
estudiantado del pueblo, para que asuman el control directo de los procesos de
producción, distribución y comercialización de bienes y servicios
imprescindibles para satisfacer sus necesidades y contribuyan a la construcción
del modelo productivo socialista, a través del vínculo conocimiento-producción”.
La UBV sólo por esto, dista
enormemente de la educación tradicional que ha estado históricamente, repito,
separada del trabajo productivo y en cambio, ancilarmente atada al “trabajo”
explotador (con su binomio estructural empleo-precario/desempleo) que imponen
la economía capitalista y en especial las trasnacionales.
Nos toca pues romper este
paradigma y construir una educación universitaria para el trabajo productivo y
esto solo puede ocurrir en la Venezuela bolivariana de hoy, instrumentando una
estrategia académica que permita –en los cuatro años que dura el Programa de
Formación de Grado– la
conformación de emprendimientos productivos.
Los emprendimientos productivos en la
estrategia de articulación UBV-Comunidad/Comuna
Cada proyecto debe dirigirse a la
construcción de una EPS (o cualquier otra asociación productiva) que satisfaga
alguna necesidad diagnosticada en la comunidad, y en esta empresa o
emprendimiento deben participar los estudiantes con las personas de la
comunidad que deseen formar parte de la misma. Un punto esencial pivote de esta
articulación lo debe ofrecer un espacio
de interacción comunitaria que podemos llamar: Escuela Popular de Comunicación: un espacio para el intercambio de
saberes que haga posible la participación de la comunidad en la construcción de
la empresa y, por ende, en el empoderamiento de la misma por parte de la
comunidad. Un empoderamiento que pasa a su vez por la aceptación comunitaria de
los estudiantes y futuros profesionales que laborarán en la empresa salvando
–por la aceptación de la comunidad– la condición de territorialidad que tienen las EPS.
Ese punto de articulación al que
me refiero es un espacio seminal de la empresa a ser creada y parte fundamental
en el proceso, puesto que en dicha escuela se cumpliría la parte del binomio
que hace posible el ejercicio verdadero del poder popular: el Saber para el Trabajo: “La educación y el trabajo son procesos
fundamentales para alcanzar los fines esenciales del Estado”, leemos en la
Resolución citada.
En efecto, el trabajo socialista
no puede esconder ni en absoluto privatizar los saberes; antes bien, debe
hacerlos parte del metabolismo social, cultural, económico de la comunidad,
integrándolos y confiriéndoles sentido y contexto. Estas Escuelas de
Comunicación Popular (ECP) estarían –en el corazón de las EPS- llamadas a
democratizar la construcción colectiva, dialógica, plural y diversa de los
saberes que solo así hacen posible el trabajo liberador.
Un primer esbozo de descripción
metodológica sería el siguiente:
1. Elección
de la comunidad por parte del grupo de Proyecto, considerando territorialidad,
trabajo político, relaciones, criterios geográficos, accesibilidad, etc.
2. Relacionamiento
con el Poder Popular
3. Presentación
y selección del o de los Proyectos
4. Creación
en la comunidad de un espacio (ECP) para la formación en torno a la empresa y
los servicios que en el área de la comunicación y la información esta ofrecerá
5. Crear
la EPS
Todas estas etapas deben ocurrir
en los 4 años que dura la formación en el PFG.
La UBV y en especial su PFG
Comunicación Social tienen el deber de diseñar y ejecutar proyectos que se
encaminen a la construcción de EPS –o cualquier otra forma de organización o
asociación productiva- que hagan posible el cumplimiento de los objetivos
estratégicos trazados por el comandante Chávez en el Plan de la Patria, hoy Ley
de la República. En tal sentido, dichos proyectos deben:
- Transformar las relaciones del pueblo con el proceso de trabajo y
pensamiento
- Impulsar la
formación científica, vinculando la
ciencia y la tecnología con la producción y el trabajo en formas organizativas
y de construcción del conocimiento científico.
- Consolidar espacios
de participación ciudadana en las áreas
temáticas y territoriales relacionadas con la ciencia, la tecnología y la
innovación.
- Garantizar el acceso oportuno y uso adecuado de las
telecomunicaciones y tecnologías de información.
- Garantizar las
condiciones que permitan a las organizaciones y a todas las personas en el
territorio nacional el acceso a la comunicación oportuna y ética
- Proponer las
infraestructuras necesarias, así como las
aplicaciones informáticas con sentido crítico y atendiendo a necesidades
sociales y la difusión.
- Ampliar la
infraestructura y la dotación escolar, y darle
continuidad a la incorporación de tecnologías de la información y de la
comunicación al proceso educativo.
- Consolidar el
despliegue de la infraestructura educativa para la
formación para el trabajo liberador
- Impulsar el uso de
los medios de comunicación como instrumento de formación para la transición al socialismo. En esta tarea, se hace indispensable
fomentar la investigación sobre la comunicación como proceso humano y
herramienta de transformación y construcción social.
- Contribuir a la
adecuación del sistema educativo al modelo productivo
- Fortalecer la
soberanía comunicacional, divulgando
nuestro patrimonio cultural, geográfico, turístico y ambiental, así como el
desarrollo productivo y político
- Garantizar la
producción permanente de contenidos que se
difundan a través de los medios de comunicación regionales sobre los avances
sociales, políticos, culturales de la revolución bolivariana.
- Generar contenidos
basados en valores nacionales, multiétnicos y pluriculturales de nuestros pueblos, a la vez que se fomentarán los principios
inherentes al socialismo bolivariano.
- Contrarrestar la
producción y valorización de elementos culturales y relatos históricos
dominantes
- Incentivar la
difusión en los medios de comunicación masivos, públicos y privados, de los contenidos históricos, culturales,
populares, tradicionales y de nueva producción
- Actualizar y
direccionar la malla curricular hacia las
necesidades y demandas del modelo comunicacional bolivariano, con el fin
garantizar la formación técnica, profesional y ocupacional del trabajo,
fomentando en cada esfuerzo los valores patrióticos y el sentido crítico en la
organización para el trabajo liberador
- Propiciar la
cultura del trabajo liberador garantizando la formación técnica, profesional y
ocupacional
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