La República Bolivariana de Venezuela en el ojo del huracán


Las imágenes son de la movilización del 23-02-19


Hace pocos días, una estudiante del PFG Comunicación Social de la UBV me lanzó unas preguntas y esto respondí. De pronto sirvan mis respuestas para hacer un pequeño balance, tomándolas como notas de coyuntura al calor de estos días por demás interesantes. 




1. ¿De qué manera cree usted que la situación política afecta a gran parte de los venezolanos?

En principio, no creo que la situación nos afecte de una manera, sino de muchas y variadas maneras. Debe entenderse que lo que más ha sido afectada es la vida cotidiana. Yo recuerdo con claridad como uno de los actores políticos de oposición (y decir político es un eufemismo) que estuvo al frente de las guarimbas de 2017 dijo que lo que tenían que lograr con sus acciones era “romper la normalidad”. Eso significaba que nada de lo que los venezolanos y venezolanas podíamos hacer para simple y llanamente vivir sería tolerado y permitido. Eso implicaba hacer compras, ir al banco, tomar el transporte, caminar por la ciudad, ir a clases, visitar a los amigos, etc. Nada de lo que se hace normalmente se podía hacer, porque lo normal estaba siendo atacado. Eso sin duda es terrorismo, no política. Si partimos de que la cotidianidad como normalidad está rota, se entiende que todo lo demás se complique: por eso es tan difícil sostener el hogar, cuidar a los enfermos, atender a los ancianos, darle lo mejor a los hijos, etc. Nada de lo normal se puede desarrollar. Eso afecta la salud colectiva, el estado de ánimo, la estabilidad emocional de la población. Como puedes ver, son muchas y muy variadas las formas en que ha sido afectada la población.

2. ¿Cómo proyectaría la economía de Venezuela a largo plazo?

La economía de Venezuela depende mucho de los eventos internacionales. En primer lugar porque es una economía petrolera y ese mercado, ese negocio, es fuertemente transnacional. Por otro lado es una economía afectada por factores externos, por EEUU y por Colombia, que diseñó una política monetaria que desde el 2002 es hostil a la moneda venezolana. A ello se suma el bloqueo financiero, la asfixia, la persecución de las cuentas en bancos internacionales. Además, aunque el país paga todos sus compromisos, el riesgo país no hace sino crecer, lo que hace que aumenten los intereses. En fin, es una economía afectada poderosamente por factores externos.
En este escenario nace la propuesta del Petro, que es una moneda virtual (un criptoactivo) respaldado por las riquezas nacionales, oro y petróleo. ¿Qué se busca? Crear un circuito monetario distinto al establecido por EEUU, por el dólar y los bancos que responden a sus intereses. Valga acotar que hay un mundo emergente que está diseñando una economía alterna al dólar, grandes países hoy están intercambiando productos sin utilizar dólares, apelando a sus monedas, es lo que están haciendo Rusia, China, Irán. Las reservas están migrando del dólar al oro… y eso lo que significa es que el dólar, que por cierto no tiene respaldo en nada, está perdiendo vertiginosamente valor y EEUU está teniendo cada vez más problemas para sostener el poder de su moneda, un poder que se sostiene hoy en su potencial militar. Aunque nos parezca increíble estamos asistiendo a la caída del dólar y del poder hegemónico de EEUU… y Venezuela, la República Bolivariana de Venezuela, está jugando un papel estelar y está hoy por hoy en el ojo de huracán.

3. ¿Cree usted que la situación económica del país es una causa para emigrar?

La migración es normal, los seres humanos siempre hemos migrado buscando mejoras, bienestar o por simple deseo de cambiar de situación, de aires. Ciertamente, Venezuela históricamente ha sido un país con una tasa baja de emigración, como también históricamente ha sido un alto receptor de migrantes. Últimamente se inició una campaña que promovió la migración. Esa campaña estuvo dirigida a “demostrar” que el país no podía proteger a sus habitantes y en especial a sus jóvenes. Era pues parte del discurso de la crisis. Lo que no se dijo suficientemente es que las condiciones fuera del país no son mejores, que el trabajo sobrepasa las 10, las 12 horas, que los alquileres son muy caros, que la energía y el agua, que aquí son regaladas, son en otras partes muy costosas. A lo que se sumó la xenofobia. Y esto último también formó parte del discurso del estado fallido porque se trataba de decir que la población venezolana era fallida, era una enfermedad para el continente y que ello era producto de las malas políticas del gobierno de Nicolás Maduro y en general del socialismo, del modelo socialista. Tenemos entonces que si la situación económica, como lo dije antes tiene un alto grado de perturbación externa, la migración en consecuencia también es un producto de dicha perturbación porque sin duda, la situación económica hace que los jóvenes se movilicen tratando de buscar una salida a su situación. Además, debe comprenderse que el ataque a la moneda estuvo dirigido a afectar el poder adquisitivo, y cuando es eso lo que se golpea, es el trabajo y el valor del trabajo lo que termina siendo afectado. Destruir la economía, dañar la moneda, destruir el trabajo es una secuencia lógica: eso explica que los jóvenes huyan del país. Y esta migración vino a decir al mundo que Venezuela era un país fallido, y por tanto debía ser intervenido por factores externos. ¿Con qué propósito? Cambiar el régimen, tumbar a Maduro. De lo económico a lo político sólo hay un paso cuando de desestabilizar a un país se trata, si este país tiene una política hostil a los intereses de EEUU.
Sin embargo, pasa algo curioso con respecto al trabajo. El hecho de la pérdida de valor del trabajo hace que muchos dejen de trabajar y le dejen el espacio a otros que sí quieren aunque la remuneración realmente no cubra sus necesidades. Es una situación extraña, difícil y no poco paradójica. Yo he sido testigo en los últimos meses de cómo muchos egresados de nuestra universidad han conseguido trabajo porque los espacios antes copados han quedado vacíos. Ciertamente, muchos espacios de trabajo han desaparecido o cerrado, pero existen ofertas poco atractivas económicamente pero sí profesionalmente, que terminan interesándole a una población que no ha optado por emigrar sino por seguir en el país. En medio de todo, creo que existe la esperanza de que la situación mejore.

4. ¿Cómo me afecta la situación?

Como todos, he tenido que hacer sacrificios. Inventar, confiar, crear situaciones compensatorias, participar de alguna manera en la locura de los precios. Profesionalmente, me he visto golpeado en la movilización, en la capacidad de producir. Sin embargo, he creado con mis compañeros formas de trabajo en equipo que nos han permitido obtener muy buenos resultados. La Universidad por otra parte ha sido afectada en su infraestructura, ha sido vandalizada y desmantelada. Eso nos ha afectado muchísimo. Pero bueno, eso hace parte del plan de destrucción del país en esta guerra híbrida de baja y ya no tan baja intensidad. Poco a poco, en medio de terribles amenazas hay algunos progresos, algunos avances. Y eso se refleja en una ciudad más limpia y ordenada. He visto más asistencia de niños a clases, más transporte, más personas movilizándose a sus trabajos… Amanecerá y veremos...

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