Análisis
del comunicado presentado por un grupo de autollamados "chavistas" y opositores, entre los que se encuentran cuatro
exministros de Hugo Chávez, Juan Barreto, el periodista Manuel Isidro
Molina y los opositores Enrique Ochoa Antich y Reinaldo Quijada. Se puede leer en esta dirección:
http://noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=119468
Análisis
del documento
1.
“Ante la tragedia histórica que sufrimos en la Patria...”
La
frase que encabeza el documento en cuestión revela de entrada el
posicionamiento anti-revolucionario y pro-norteamericano de los que
lo suscriben, y esto por varias razones:
Venezuela no vive una “tragedia histórica”,
los venezolanos desde 1999 y antes, desde febrero
del 89 pero también
desde mucho antes, desde la traición del Puntofijismo
y el golpe de Estado a Cipriano Castro… en fin desde la Guerra
Federal y de Independencia, pero en términos históricos más
recientes, a partir del 04 de febrero del 1992, Venezuela vive una
Revolución que tiene como signo el antiimperialismo y por ende, la
lucha frontal contra EEUU. Si hay una
tragedia, es la existencia del propio imperialismo. Por lo tanto, no
puede ser una tragedia enfrentarlo.
Tragedia sería rendirse y volver a ser una colonia con el agravante
de que hoy seríamos castigados -como ya lo estamos siendo- por
pretender ser soberanos y haber sido muy mal ejemplo. Tampoco son una
tragedia las consecuencias que nos trae la defensa de la patria.
Muchos de los problemas que tenemos (corrupción, destrucción de la
infraestructura, falla en los servicios) son secuelas de la guerra
del imperio contra Venezuela. Pero aun si nos llevaran a una patria
en ruinas, no sería una tragedia si resistimos y luchamos hasta
vencer. Finalmente, enfrentar el imperialismo no es una tragedia, es
el destino histórico de los pueblos que (alegres y en unidad
perfecta -Pueblo y FFAA) luchan por su independencia cueste
lo que cueste.
2. “Más allá de los argumentos
constitucionales y legales acerca de los actos políticos que han
tenido lugar con el ejercicio del poder ejecutivo”…
Los que suscriben este documento pretenden hacer a
un lado la Constitución como si se tratara sólo de un asunto legal
y no legítimo. Como si el Ejecutivo estuviera al margen del pueblo
escondido detrás de la Constitución. Ese grupo siempre se ha
pronunciado en contra del proceso constituyente, y en especial de las
elecciones por las ANC de 2017 que dieron al traste con la guarimba.
Es más, cuando hoy dice que hay que ir más allá de los “argumentos
constitucionales” antes ha afirmado en diversas oportunidades que
aquellas elecciones no fueron legítimas y se aferran para
justificarlo en argumentos leguleyos. Olvidan las circunstancias en
las que se hizo el llamado y no destinan una sola línea a reconocer
que como un bálsamo milagroso la paz se tendió sobre el país. Para
estos constitucionalistas a la letra la Constitución es buena para
una cosa pero no cuando hace frente a los intereses que sostienen que
las elecciones por la ANC no fueron legales. Por
cierto: sobre esta supuesta ilegalidad es que hoy se construye y
levanta la supuesta ilegalidad e insconstitucionalidad de Nicolás
Maduro.
3. “… la fractura nacional que padecemos
los venezolanos...”
Cuando buena parte de ese grupo se separó del
gobierno bolivariano lo hizo buscando una “fractura” y con ella
contribuir a una crisis política que diera al traste con el gobierno
del presidente Maduro. Lo que les dolió es que esa “fractura” no
se dio y desde entonces cada vez que pueden y aprovechando las
circunstancias más difíciles, rebuscan fracturar la unidad política
del gobierno porque saben, como lo sabe el Imperio, que eso puede
socavar las bases de la revolución y debilitarla. Lo que le duele a
ese grupo es que su salida no significó fractura alguna y que se
volvió nada su intento por arrastrar con su prestigio de políticos
sin pueblo, intelectuales y “chavistas originarios” la base
social que hoy acompaña al Presidente.
4. “Hoy pretenden disputarse la legitimidad
del poder dos actores polarizados...”
La polarización.
Los que critican la existencia de la polarización como parte del
enfrentamiento entre polos de poder, se asemejan a aquellos que
niegan la lucha de clases en su más clara expresión: proletarios y
burguesía, trabajo y capital, alegando que el mundo es otro. El
discurso contra la polarización es hipócrita y falso. La
polarización existe porque se trata de una lucha histórica entre
bloques de poder que se expresa en la lucha de los trabajadores y
trabajadoras contra el capital, entre patriotas y vende-patria, entre
mujeres y patriarcado; entre pueblos indígenas y pensamiento
colonizado; etc. No se puede, pues, temer a la polarización. Muchos
de lo que hoy la critican han llegado a decir que antes de Chávez no
existía. Espero que el disparate salte a la vista. Por otro lado, no
son dos polos los que hoy se disputan la legitimidad, hay un polo
legítimo y otro al servicio de EEUU y el capital, es decir, un polo
patriota y chavista hoy movilizado y consciente, y otro que hace
parte de la estrategia multifactorial del golpe de Estado, donde
entran la guerra económica, la asfixia financiera, el boicot, el
sabotaje, la corrupción, la indolencia, y por cierto, estas voces
“críticas” que encubren, silencian y ocultan sibilinamente las
causas -la fuente- de la “crisis”.
5. “...dos actores polarizados bajo el
imaginario del doble poder...”
El imaginario
del “doble poder” es una estrategia o fase del manual de golpe de
Estado que busca fracturar las instituciones y desestabilizar al
gobierno. Desde el chavismo y la estabilidad del gobierno, no hay tal
doble poder. Además, hablar de doble poder es asumir su existencia y
de alguna manera convalidarla. Es poner en el mismo rango a los dos
poderes y reducir la verdadera polarización histórica a una
“polarización” caricaturesca, como esa que pretende enfrentar a
Maduro y toda la institucionalidad bolivariana contra el “gobierno”
de Guaidó. Este grupo de “chavistas críticos” hablan del
imaginario del doble poder cuando lo que hay de verdad es un poder
real legítimo y legitimado, además de legal y constitucional, y un
poder imaginario, virtual, mediático, al que documentos como el que
suscriben pretende insuflar un tipo de existencia.
6. “Sólo faltaría que dos ejércitos
decidan enfrentarse...”
Lo que no dicen
y encubren los “chavistas críticos” es que el ejército del otro
“gobierno” es un ejército mercenario, aupado y apoyado por los
aliados de EEUU. La Venezuela bolivariana, víctima de esta
estrategia imperial del doble poder que busca implosionar la
institucionalidad del gobierno estaría en todo su derecho de
enfrentar a un gobierno invasor. No
dicen estos “intelectuales” que la estrategia del doble poder lo
han practicado en otros países intervenidos y ayudados
humanitariamente,
ocultan y encubren con su accionar apátrida una estrategia entre
refinada y burda del imperialismo norteamericano en su afán de
continuar con el discurso del chantaje sobre lo que significaría una
guerra en pérdidas materiales y vidas humanas. Nadie
está preparado ni desea una guerra, pero decir que el gobierno la
promueve porque participa en la polarización enfrentándose a un
supuesto otro gobierno con un supuesto “otro ejército” es
hacerle el juego al golpe de Estado y negar la perentoria necesidad
que tendría nuestro ejército bolivariano de -ante un ataque-
defender la Constitución y la estabilidad nacional. Si
ese supuesto ejército actuara, debe el Estado defender la
independencia e integridad de la Patria. Más allá de que sea o no
una “batalla final”, que por supuesto no lo sería. Por otro
lado, nuestras FFAA ya están actuando cada vez que por las armas o
persuadiendo van contra diversos objetivos irregulares en esta guerra
híbrida prolongada de -ya no tan baja- intensidad.
7. “Nosotros apostamos a la unidad de la
nación...”
Falso. Con su
discurso sobre el “doble poder” y los intentos fracasados para
buscar una ruptura -siempre actuando en coyunturas en que los ataques
al gobierno se hacen más fuertes, siempre sacando documentos que
echan más gasolina a la hoguera y alientan a la desestabilización-
no apuestan a la unidad, al contrario, apuestan, sueñan y trabajan
por la fractura. Son sus viudos y sueñan con que llegada la caída
del gobierno bolivariano se hayan ganado con sus posturas derecho a
espacios de poder. ¿No les da pena ni vergüenza actuar como
borrachos que
se disputan una botella vacía, cuando discuten con Rafael Ramírez
porque este -desde una delirante ridiculez- asomó que quería ser
candidato a presidente?
8. “Propiciar la caotización de la
República”.
Encubren estos
sibilinos actores que el imperio ha desarrollado una amplia
estrategia de caotización. No la provocará
-aunque sí la hará más fuerte, sin duda- un enfrentamiento militar
directo, además ya existe y este gobierno le ha venido haciendo
frente con diversas acciones (La Misión Vivienda, Barrio Nuevo
Barrio Tricolor y hoy Venezuela Bella que las integra a todas). ¿O
acaso no la están enfrentando nuestros alcaldes y gobernadores para
devolver la ciudad a los ciudadanos promoviendo vida ciudadana en paz
y bienestar? Aquí está muy
claro quien promueve el caos y a quién le interesa que los semáforos
no funcionen o que la basura no sea recogida.
La violencia callejera del 2017 fue terrible en términos de
destrucción de las ciudades y mucho aprovechó las toneladas de
basura empleadas en las barricadas… Contra esa violencia se levantó
la Constituyente. Desde entonces, la oposición perdió fuerza y
capacidad para movilizar y generar -más- violencia, aunque hoy sigue
siendo su única estrategia, claro está protegida mediáticamente
por el imperio que “exige” al gobierno -empleando iconos de la
farándula, actores y factores políticos mal intencionados (como el
“Pepe” Mujica), o simplemente desinformados- no reprimir las
manifestaciones o ir a elecciones y claro está, perderlas.
9. “Nos parece una irresponsabilidad del
gobierno y de la mayoría de quienes integran la AN, no actuar para
evitar, mediante el diálogo y la negociación… una confrontación”
Decir que este
gobierno no ha buscado el diálogo es mezquino e irresponsable. Se
podría decir que la oposición ha sido en algunos momentos, incluso
“obligada” a dialogar, como parte -en su caso- de un forzado plan
B. Hay que recordar que el esfuerzo supremo por el diálogo, llevado
a cabo en República Dominicana mientras sólo para presionar
incendiaban al país e incluso personas vivas, fue pateado
estruendosamente por el que devino un archienemigo para la paz de la
República: Julio Borges. Allí se habían logrado acuerdos
trascendentales y ese señor, a una llamada del gobierno
norteamericano desde Colombia, en estado de ebriedad se burló de
todos y entregó el país a una inminente guerra civil. Sólo la
voluntad de paz de Nicolás Maduro y la madurez del pueblo
bolivariano hizo posible la estabilidad; y valga acotar que sobre la
base de aquellos acuerdos pateados por la oposición, se construyó
el escenario electoral del 20 de mayo y buena parte de la relativa
paz que hoy gozamos. Hay que recordar contra los amnésicos que por
millones salimos a votar cuando pesaban sobre nosotros terribles
amenazas. En esta misma línea, ha sido el gobierno el que ha hecho
esfuerzos por llegar a “acuerdos aceptables para todos”… pero
sería bueno saber, a qué llama este grupo de “chavistas críticos”
acuerdos
aceptables… La
oposición pide un nuevo CNE… ¿Qué piden ellos? Oh casualidad,
también un nuevo CNE que -suponemos- sólo será creíble y
aceptable cuando le de la victoria a la oposición pero que volvería
a cometer fraude y sería in-creíble si
gana el gobierno. Piden por cierto un “referendo consultivo”
cuando venimos de elecciones de gobernadores, alcaldes y concejales y
una elección presidencial con observación internacional y con un
CNE que sólo es puesto en entredicho por la oposición cuando
pierde. De
alguna manera ese referéndum
que piden ya existió en toda esa seguidilla de elecciones y si (un
sector de la oposición) no participó no fue por no creer en el CNE
sino por hacer parte del discurso de EEUU que busca deslegitimar las
instituciones, discurso -el de la deslegitimación- en el que se
inscribe este comunicado.
De modo que pierde su tiempo esta nueva Plataforma -¿Opositora?-
convocando y saliendo a recoger firmas para un referéndum, cuando lo
que toca (frente a los ataques continuados de la AN en desacato y
evidente Caballo de Troya de EEUU desde aquel infausto diciembre de
2015 y enero de 2016 fecha en que comenzaron los ultimátum, los 3
meses; no, los 6; que este plan sí y si no, aquel o por qué no,
todos a la vez, contra Nicolás Maduro -que si colombiano, que si
ilegítimo, que si desconocido, que si revocado, etc.-) cuando lo que
toca, insisto, es convocar a elecciones adelantadas para una nueva
Asamblea Nacional para que entre en el cauce constitucional y haga
parte de todos los poderes y no pretenda erigirse como lo pretendió
en poder absoluto.
10. “Exigimos
que se produzca la inmediata restitución del régimen de libertades
y garantías...”
Insólito.
Esta parte del documento ya es un dictado directo de la retórica
intervencionista del Departamento de Estado. Hablan de “presos
políticos” cuando a todas luces aquí la oposición ha cometido
crímenes que sólo se pueden pagar con cárcel, y cuando la verdad
es que muchos de los actores que alientan al golpe de Estado y
traicionan a la patria gozan de una inmunidad y un impunidad grosera.
Aquí hay actores y organizaciones que han practicado terrorismo y
por lo tanto no tienen derecho -porque por sus acciones contra la paz
lo han perdido- al ejercicio libre de la política. Hablan de
“represión”, cuando a todas luces ha habido movimientos
insurreccionales y violencia callejera muy lejos del calificativo de
“pacíficas”.
11. Otros
puntos no contienen a mi parecer mayores problemas, aparte de llover
sobre mojado con la retórica oficiosa de los comunicados que cuentan
con un mínimo de sensatez y sentido común, aún con el piquete
sobre la exigencia a la FANB de no “arremeter contra su propio
pueblo”… a menos digo yo, que parte de ese “pueblo” devenga
factor de terrorismo y violencia y, aún así, ha dado fehacientes
muestras de uso progresivo de la fuerza y cuando ha habido excesos,
ha actuado la justicia. Es decir, no se puede decir sin mentir
descaradamente, que las FFAA tengan como política la represión. Y
por otro lado, que el llamado a diálogo es casi una exigencia del
gobierno nacional y este grupo de “intelectuales” no lo reconoce.
Por lo demás, está bien que se asuman factor político y está bien
que se organicen y salgan a la arena política, lo que no pueden es
pretender asumir la voz del chavismo, máxime cuando algunos
argumentos de fondo son anticonstitucionales, negadores del esfuerzo
que ha hecho el gobierno por el diálogo y por crear una conciencia y
un movimiento nacional que construya y preserve la paz y la
gobernabilidad.
Hay
que decir además, que la
estrategia de ir a elecciones “convocadas” por un organismo
multilateral o fuera de la Constitución, hace parte de la guerra
total de EEUU porque en vez de buscar una salida política emplea las
elecciones como chantaje, presión y ventana a la desestabilización.
Por un lado niega la autonomía del Poder Electoral y lo somete al
capricho de los que quieren salir de Maduro como sea. Hay que
recordar que cuando las elecciones a la AN, mientras el chavismo
promovió candidatos vinculados a sus territorios y comunidades, los
de la oposición se ocultaron detrás de una manito que permitió
entre otras lindezas que un asesino, por ejemplo, fuera uno de los
candidatos más votados. Ellos
no fueron a unas elecciones sino que utilizaron la plataforma
electoral y la “buena fe” de nuestras instituciones para ir
contra el Estado y tanta fue la furia de esa campaña montada sobre
el castigo a la población (para que castigara al gobierno) que,
apenas ganaron, se desmandaron en un plan alocado de
desestabilización.
Finalmente,
asombra que ni toquen ni se refieran a los ataques a la soberanía y
a la vulgar y grosera intervención norteamericana; ni con el pétalo
de una rosa tocan a Trump y a sus
halcones. Nada. Eso sólo indica quién les paga y quién les dicta
lo que deben hacer y sobre todo, cómo deben posicionarse frente a la
opinión pública como “voces críticas” que han “salido” del
gobierno para “salvarse” y así recibir casi como título
nobiliario el tratamiento de “disidentes”.
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