Leer el Diario de Bucaramanga ofrece una perspectiva histórica de rasgos muy humanos sobre momentos y escenas en las que participó nuestro Libertador. Atiéndase a que es un libro que recoge al vuelo lo expresado vivamente por Bolívar, apasionado orador, y que Perú De Lacroix, en las noches de una hacienda en Bucaramanga, organizaba con la rapidez del amanuense obsesionado en no perder palabra de su interlocutor. De ahí los recursos de abreviación que sólo una vez que ya estamos como lectores, mar adentro, imbuidos del ritmo del libro, se nos aclaran y la lectura fluye, tal cual como si lo oyéramos. Y fue en estos días de bicentenario del Armisticio firmado en Santana, Trujillo, que recordé haber leído el pasaje que copio, tal cual según la edición del Minci, de 2019. Vale la pena leerlo, deja al descubierto los intríngulis diplomáticos, pero sobre todo, la alta conciencia de Bolívar de lo que significaba esa reunión y de lo que hubo de provocar, no obstante calificarla de "comedia". No dejan de sorprender las semejanzas, los paralelismos con la situación actual. No es poco lo que se precisa regularizar en esta guerra cruel e impía, a la que ha sido sometida la población, y no es poco lo que el gobierno y el Estado han tenido que maniobrar para lograr el reconocimiento y salvaguardar la dignidad. Aquí el pasaje, tomado de las páginas 156-159:


“Que mal han comprendido y juzgado, algunas personas, de aquella celebre entrevista, dijo el Libertador, unos no han visto p r. mi parte ninguna mira politica, ningun medio diplomatico y solo el abandono y la vanidad de un necio; otros solo la han atribuido á mi amor propio, al orgullo y á la intencion de hacer la paz á cualquier precio y condiciones que impusiera la España. ¡Que tontos ó que malvados son todos ellos! Jamas, al contrario, durante todo el curso de mi vida publica, hé desplegado mas politica, mas ardid diplomatico que en aquella importante ocasion; y en esto puedo decirlo sin vanidad, creo que ganaba también al Jral Morillo, asi como lo habia yá ganado en casi todas mis operaciones militares. Fui en aquella entrevista con una superioridad, en todo, sobre el Jral. Español; fui ademas armado, de cabeza á pies, con mi politica y mi diplomacia bien encubiertos con una grande apariencia de franqueza, de buena fe, de confianza y de amistad. pues es bien sabido que nada de todo esto podia tener yo p a. con el Conde de Cartajena, y que tampoco ningunos de aquellos sentimientos pudo inspirarme en una entrevista de algunas horas: apariencias de todo esto, es lo que hubo p r. que es de estilo y de convencion tacita entre los diplomatos, pero ni Morillo, ni yo fuimos engañados sobre aquellas demostraciones; solo los imbeciles lo fueron, y lo estan todavia. El armisticio de 6 meses que se celebro entonces y que tanto se ha criticado, no fue p a. mi sino un pretesto p a. hacer ver al Mundo que ya Colombia tratava como de Potencia á Potencia con España: un pretexto tambien p a. el importante tratado de regularisacion de la guerra que se firmo tal, casi, como lo habia redactado yó mismo: tratado santo, humano y politico que ponia fin á aquella horrible carniceria de matar á los vencidos; de no hacer prisioneros de guerra; barbaria española que los patriotas se habian visto en el caso de adopar en represallas: barbaria feroz que hacia retroceder la civilizacion; que hacia del suelo Colombiano un campo de canibalos y los empapaba con una sangre inocente que hacia estremecer a toda la humanidad. Por otra parte, aquel armisticio era provechoso á la Republica y fatal á los Españoles: su ejercito, no podia aumentar sino disminuir durante diha. suspension: el mio p r. el contrario aumentaba y tomaba mejor organizacion: la politica del Jral. Morillo nada podia adelantar entonces en Colombia, y la mia obraba activamente y eficazmente en todos los puntos ocupados todavia p r. las tropas de dho. jeneral. Hay mas aun, el armisticio engaño tambien á Morillo, y lo hizo ir p a. España y dejar el mando de su ejercito al Jral. Latorre, menos activo, menos capaz y menos militar que el Conde de Cartajena: esto ya era una inmensa victoria que me aseguraba la entera y pronta libertad de toda Venezuela, y me facilitaba la ejecucion de mi grande e importante proyecto, el de no dejar un solo Español armado en toda la America del Sur.—Digan lo que quieran los imbeciles y mis enemigos, sobre dho. negocio: los resultados estan en mi favor. Jamas comedia diplomatica ha sido mejor representada que la del dia y noche del 27 de Nov e. del año 20 en el pueblo de Santana: produjo el resultado favorable que habia calculado p a. mi y p a. Colombia, y fue fatal para la España. Contesten pues á esto los que han criticado mi negociacion y entrevista con el Jral. Morillo; y que no olviden que en las aberturas de paz que se hicieron hubo, sin embargo, de parte de los negociadores colombianos un sine quá non terminante p r. principal base; es decir el reconocimto. previo de la Republica: Sine qua non que nos dió dignidad y superioridad en la negociacion”. 

 

 

Ver el artículo: Sobre el Diario de Bucaramanga

Publicar un comentario

0 Comentarios